La alta demanda de productos pesqueros, el incremento del turismo en áreas rurales, la riqueza de la gastronomía española y el valor de nuestros recursos naturales hace de España un enclave único para la puesta en marcha de iniciativas vinculadas a la diversificación de las actividades acuícolas. Estas nuevas líneas de trabajo complementarias con la acuicultura en un amplio número de sectores, podría generar nuevos servicios o productos, además de facilitar el relevo generacional y la creación de empleo.
A estas oportunidades de diversificación se suma la existencia de un número muy significativo de instalaciones que en el año en el que se ha realizado este informe, se encuentran en situación de cierre. Se trata de 91 establecimientos repartidos a lo largo de toda la geografía española, que en muchos casos podrían tener una segunda vida, sumando a la propia actividad acuícola, otra serie de productos y/o servicios que permitan mejorar su competitividad en términos económicos, como pueden ser: la restauración y la gastronomía, la práctica de actividades lúdico-deportivas o las actividades ambientales y de custodia fluvial entre otras.
La acuicultura puede contribuir de manera efectiva al mejor uso y disfrute de los recursos naturales, a la aprovisionamiento de proteínas de pescado de la máxima calidad y al desarrollo social y económico de numerosas zonas, que presentan dificultades en este ámbito.
El objetivo de este informe es la elaboración de un inventario de los establecimientos acuícolas que se encuentran cerrados en nuestro país, que permita iniciar una reflexión y debate acerca de las potencialidades de uso que presentan estas instalaciones, con el fin de contribuir, en último término, al refuerzo de la actividad acuícola continental y al impulso social y económico de las áreas rurales donde se emplaza.
Para ello, también es importante identificar las líneas de financiación existentes que pueden destinarse a este fin y ponerlas a disposición de emprendedores y potenciales inversores vinculados al sector.