María Ángeles Esteban Abad, catedrática de Biología Celular e Histología de la Universidad de Murcia
Acuicultura
- Es responsable del Grupo de Investigación Inmunobiología para la Acuicultura de la Universidad de Murcia, ¿qué problemáticas se encuentran estudiando actualmente?
Pues la columna vertebral de la investigación que realiza el grupo es profundizar en el conocimiento que tenemos del sistema inmunitario de peces e invertebrados marinos de interés comercial, pero desde un punto de vista muy amplio y relacionándolo, casi siempre, con otros aspectos, también de interés, como pueden ser la nutrición o las patologías. En España, la lubina y la dorada son las especies marinas más producidas y, por ello, las de más interés para nuestros estudios. Las líneas en las que trabajamos son muchas y muy diversas. Entre ellas está el que queremos comprender mejor la inmunidad de las mucosas (sobre todo de la piel) de los peces y buscar aditivos dietéticos adecuados para reforzarlas. Entre esos aditivos trabajamos en péptidos antimicrobianos (AMPs) y en postbióticos. Los AMPs son péptidos que se encuentran de manera natural en la piel de los peces y que, como su nombre indica, poseen potentes actividades biocidas (son una alternativa viable al empleo de antibióticos) además de propiedades inmunomoduladoras, que refuerzan el sistema inmunitario de los animales. En cuanto a los postbióticos, son metabolitos bacterianos, incluidos los productos extracelulares, capaces de mejorar la fisiología del huésped. Además, estamos desarrollando diferentes estrategias de microencapsulación para mejorar la estabilidad de los AMPs y de los postbióticos, con la finalidad de controlar su administración en dieta, esperando que sean de utilidad para prevenir el estrés de los animales, disminuir la inflamación o reducir la incidencia de posibles infecciones causadas por microorganismos.
Hemos comenzado a explorar el eje cerebro-intestino-microbiota en dorada tanto en ejemplares sanos como enfermos mediante aproximaciones proteómicas y metabolómicas. Este eje es un complejo bidireccional que comunica al sistema nervioso central con el aparato digestivo y es sabido que las alteraciones en la composición de la microbiota intestinal se han relacionado con la presencia de enfermedades, no solo digestivas sino también de otras índoles. Por ello, investigamos la modulación de la microbiota de doradas, realizando cambios en la dieta que consisten en la adición de los ya comentados AMPs o postbióticos, como estrategia útil para el tratamiento de algunas patologías.
Nuestro interés en las patologías se debe a que, por desgracia, son uno de los principales problemas que afronta la acuicultura actual. Entre los agentes patógenos, nodavirus (NNV) es el virus más importante que afecta a la lubina y larvas de dorada. Por desgracia, las proteínas celulares implicadas en la unión e interacción con las proteínas virales han sido prácticamente obviadas, centrándose la mayoría de los estudios previos en la respuesta inmunitaria. Ahora estamos interesados en estudiar estas proteínas. Además, durante los últimos años hemos investigado varios aspectos sobre la respuesta inmunitaria de lubina y dorada frente a NNV, demostrando que la ruta del interferón (IFN), los AMPs y la citotoxicidad mediada por células citotóxicas (CMC) son muy importantes, pero que tienen una regulación e implicación diferente en ambas especies. Además, hemos sido capaces de generar herramientas -ómicas, líneas celulares o anticuerpos para profundizar en el estudio de estas moléculas y trabajamos en la producción y aplicación de AMPs como agentes antivirales. Siguiendo con los virus, estudiamos su distribución e impacto en peces marinos silvestres, gracias a nuestra participación en una red de investigación en epidemiología.
Gracias al éxito de convocatorias de atracción de talento tanto europeas como españolas, ha nacido otra línea de investigación en el grupo con una vertiente más química. Los quitosanos pertenecen a una familia de polisacáridos que se pueden obtener de productos de desecho de origen marino. Entre sus bondades destaca que presentan propiedades antibacterianas, antifúngicas, que facilitan la cicatrización de las heridas y que se pueden utilizar para encapsular diferentes moléculas bioactivas de interés en medicina o veterinaria. Estos quitosanos interaccionan con las mucinas, que son glicoproteínas que forman parte del moco que recubre todas las superficies mucosas de los peces e invertebrados, aunque el modo de interacción entre estas moléculas aún no se conoce completamente. Es en esta interacción en la que nos queremos centrar, de forma que podamos utilizarla para preparar sistemas de liberación de fármacos a través de las mucosas, basados en quitosano, que puedan tener aplicación en acuicultura.
En cuanto a la inmunidad de invertebrados estamos estableciendo las bases y obteniendo el conocimiento científico necesario para conseguir el mantenimiento exitoso en cautividad, de especies de invertebrados marinos de interés comercial, entre ellos crustáceos como cangrejos y camarones y equinodermos. Más recientemente hemos empezado a trabajar en la posible mitigación de la eutrofización y la proliferación de microalgas en agua marina, empleando ostras (Ostrea edulis) como elementos de biorremediación (lo que constituye un ejemplo de acuicultura de restauración).
Por último, colaboramos en otros proyectos con otras finalidades, explicaré las más relacionadas con los suelos. Por ejemplo, trabajamos en conseguir, a través de una serie de prácticas agrícolas, que el CO2 sea absorbido de la atmósfera y se almacene en el material vegetal y la materia orgánica del suelo, es la conocida como agricultura de carbono o agricultura regenerativa. Evaluamos y determinamos la idoneidad de productos orgánicos nuevos, de los que no se tienen datos, como es la biomasa vegetal retirada de la Ribera del Mar Menor, para mejorar la estructura del suelo, aumentar su fertilidad y poder evaluar la capacidad de estos subproductos marinos como sumidero de CO2. Estamos colaborando también en el desarrollo de una metodología basada en conocimientos e investigaciones geoquímicas, mineralógicas y ecotoxicológicas (con el empleo de especies marinas mediterráneas), que posibiliten la viabilidad técnica, económica y ambiental de los proyectos de actividades dragantes. Empleamos las técnicas ecotoxicológicas para poder evaluar el potencial impacto de transferencia de los contaminantes en el ecosistema acuático.
- ¿Cuáles son las principales amenazas para la salud de los peces de acuicultura?
Pienso que se podrían englobar en tres grandes categorías que incluyen problemas ambientales y de calidad del agua, factores relacionados con el manejo en las piscifactorías y la aparición de enfermedades infecciosas (ya sean bacterianas, virales, parasitarias y fúngicas). Los problemas ambientales y de calidad del agua, en la mayoría de las ocasiones son difíciles de controlar y, a veces, incluso de predecir. Además, el estrés causado por mala calidad del agua (debida por ejemplo a fluctuaciones de temperatura) y la sobrepoblación también pueden debilitar el sistema inmunitario de los peces y, en ocasiones, aunque se sepa es más rentable no hacer nada que intentar paliar el problema. En cuanto al mal manejo, yo creo que en España no existe porque todos los que estamos en relación, de una manera u otra con los peces, sabemos y somos muy conscientes de que la correcta manipulación de los animales es imprescindible para su bienestar y crecimiento, tanto como lo es su correcta alimentación. Por último, las infecciones causadas por patógenos, por desgracia, en ocasiones son comunes en sistemas intensivos, pero también conviene subrayar que se ha avanzado bastante y que hay disponibles muchos métodos profilácticos y terapéuticos que son muy eficaces, por ejemplo, algunas vacunas o el empleo de dietas enriquecidas con aditivos que potencian el sistema inmunitario, las llamadas dietas salud o dietas funcionales, en las que se pueden incluir los probióticos o los postbióticos, ya comentados.
- En materia de acuicultura costera y teniendo en cuenta la garantía alimentaria a nivel mundial, pero también el contexto de crisis climática, ¿cuáles deben ser las claves para hacer posible acuicultura más sostenible?
Los sistemas de acuicultura cerca de la costa crían marisco y peces carnívoros. Mientras que la maricultura (cultivo de mariscos) es la más sostenible de las técnicas de acuicultura marina, la de peces carnívoros, generalmente, se considera el tipo de acuicultura menos sostenible y, por ello, la más perjudicial para el medio ambiente. La principal razón radica en que estos sistemas están integrados en el ecosistema en el que se ubican, por lo que es muy difícil de evitar intercambios entre la empresa que cría y mantiene a los animales y el medio natural. Valga como ejemplo evitar que salga el exceso de alimento, que puede atraer a otros animales, deseados o no, a las proximidades de las granjas.
Dentro de la acuicultura, siendo como es una actividad muy sostenible, si la comparamos con cualquiera de los actuales sistemas de producción de proteína alimenticia, se trabaja en diferentes campos para lograr que sea todavía más sostenible. Considero que hay bastantes posibilidades de mejora y enumeraré algunas. Entre ellas, se trabaja en minimizar la contaminación que producen las piscifactorías mediante sistemas de cultivo integrados. Uno de ellos es la acuaponía, que es un sistema de producción que combina la acuicultura, es decir, la cría de animales acuáticos (peces o invertebrados) con la hidroponía, que es el cultivo de plantas en el agua (las más extendidas son la albahaca, lechugas, pimientos y tomates). De esta manera, las plantas aprovechan los desechos generados por los animales que pasan a convertirse en nutrientes suyos y, las plantas, al retirar estas sustancias del agua, la limpian. Es esa agua limpia la que vuelve a reciclarse o introducirse en el sistema.
También son necesarios avances en la innovación tecnológica y se progresa en varias direcciones, entre ellas en fomentar el desarrollo de tecnologías que optimicen la eficiencia energética o el uso del agua en las instalaciones, la gestión de residuos, el tratamiento de efluentes y el monitoreo constante de ciertos parámetros como del agua como temperatura, oxígeno y pH. Tal y como me preguntas, por supuesto que hay que avanzar en la adaptación a desafíos ambientales, por ejemplo, hay que ajustar los procesos de producción para enfrentar eventos climáticos más frecuentes e intensos o, ante la posible escasez de recursos, implementar técnicas de conservación de agua, especialmente en áreas de acuicultura terrestre. Parece necesario invertir en tecnologías que reduzcan los costos de energía, que han aumentado debido a la inflación y otros factores económicos y hay que trabajar en conseguir la diversificación de especies y el uso de métodos de producción que requieran menos recursos.
Otra línea de investigación muy potente es la optimización del uso de alimento balanceado, que reduzca la dependencia de harina y aceite de pescado mediante alternativas sostenibles, como pueden ser los ingredientes vegetales o muchos subproductos de empresas de alimentación humana, propiciando ya no solo la economía circular, sino que se liberen al agua menos resto de pienso o restos con menor impacto ambiental.
La salud de los animales es primordial y, por ello, cada vez más, se implementan buenas prácticas de manejo y técnicas preventivas en las empresas como vacunación y bioseguridad, que logran reducir la necesidad de tratar a los animales con productos químicos, mejorando su bienestar y calidad.
También urge que se puedan establecer normativas y estructuras de gobernanza eficaces, porque son imperativas para las prácticas acuícolas sostenibles. El desarrollo de la industria acuícola y la conservación del medio ambiente deben estar siempre equilibrados. Por lo tanto, se necesitan normativas y políticas transparentes y con base científica sólida que permitan garantizar prácticas responsables, fomentar la inversión y generar confianza pública. En este sentido, es necesaria la colaboración entre los gobiernos, las asociaciones del sector y otras partes interesadas para elaborar normas y directrices que respalden las prácticas acuícolas que todos deseamos.
Las estrategias actuales en el contexto de sostenibilidad para el sector de la acuicultura en la Unión Europea se centran en varios aspectos clave para aumentar la competitividad y garantizar esas prácticas responsables. Algunas de las principales estrategias son el desarrollo de marcas, que al utilizar certificaciones adecuadas (como ecolabels, GI, o TSG), respaldan la historia y sirvan para diferenciar los productos una vez que están en el mercado.
Se es consciente también de que hay que diferenciar el producto de la acuicultura, para lo que contribuye la elección del embalaje y la presentación más adecuados. Hay que aplicar técnicas de empaquetado que resalten las cualidades y la sostenibilidad del producto (por ejemplo, productos preenvasados) o fomentar la producción de especies locales o de alto valor medioambiental para atraer a consumidores conscientes que valoren la calidad distintiva de los mismos.
También se ha identificado que queda mucho trabajo por hacer en cuanto a la educación al consumidor, promoviendo la educación sobre los productos acuáticos sostenibles y sus beneficios para la salud y el medio ambiente y aumentando la conciencia sobre las certificaciones que avalan la sostenibilidad de los productos. Por supuesto, es necesario poder monitorizar las tendencias de consumo y reaccionar y adaptarse rápidamente a los cambios en las preferencias de los consumidores hacia productos más sostenibles.
En definitiva, con todas estas estrategias se busca mejorar la competitividad del sector acuícola en España y en la Unión Europea, a la vez que contribuir de manera significativa a la sostenibilidad medioambiental y al bienestar de los consumidores.
- ¿De qué forma puede la inmunología evaluar el bienestar animal de especies acuícolas como la dorada o la lubina? ¿Podría ser un valor diferencial para los consumidores?
La inmunidad es fundamental para la salud animal, ya que es el mecanismo principal de defensa contra cualquier cosa que el organismo detecte como no propio o extraño, ya sea de carácter físico, químico o biológico. La inmunología de los animales destinados al consumo humano es un parámetro clave para evaluar su bienestar, ya que un sistema inmunitario saludable indica que los animales están en un ambiente adecuado, reciben un manejo óptimo y gozan de buena salud. El bienestar animal está directamente relacionado con el estrés, la calidad de la alimentación, la densidad de población y las condiciones ambientales. Cuando los animales experimentan estrés su sistema inmunológico se debilita, lo que los hace más susceptibles a cualquier situación adversa medioambiental o de infecciones y enfermedades. Un sistema inmunológico eficiente y robusto, en cambio, sugiere que los animales pueden resistir infecciones y recuperarse más rápido de enfermedades, si las hay, lo que es crucial tanto para su bienestar como para la productividad en sistemas de producción animal. Además, una buena inmunidad reduce la necesidad de tratamientos con antibióticos y otros medicamentos, lo que contribuye a la sostenibilidad y seguridad alimentaria.
No menos importante es el hecho de que la inmunidad permite disponer del historial inmunitario de los lotes de animales, que se refiere al registro de todas las exposiciones y respuestas inmunitarias que un organismo ha tenido a lo largo de su vida. Esto incluye las infecciones naturales por patógenos, la respuesta a vacunaciones y cualquier otro factor que haya estimulado su sistema inmunitario. Este historial es crucial porque cada vez que el sistema inmunitario se enfrenta a un patógeno, crea la llamada memoria inmunológica, que le permite reaccionar más rápidamente y con mayor eficacia en futuras exposiciones al mismo agente. En la producción animal, conocer el historial inmunitario es vital para gestionar la salud y prevenir brotes de enfermedades. Por ejemplo, los programas de vacunación se diseñan tomando en cuenta las necesidades inmunitarias previas de los animales y contribuyen a un manejo más eficiente de la salud y el bienestar animal.
- Según la última encuesta OESA, la mitad de los españoles manifiesta conocer con anterioridad el término “acuicultura” (59,58 %), pero este dato supone un descenso de 11 puntos porcentuales respecto a los resultados de la anterior encuesta en 2021. ¿Cuáles son los principales desafíos para afianzar esta actividad en la conciencia social?
Es sabido que las percepciones y la aceptación pública de la acuicultura son también uno de los retos del sector. La preocupación por el impacto medioambiental, el bienestar animal y la seguridad alimentaria puede influir en el apoyo público a esta industria. Los programas de socialización para aumentar la concienciación pueden ayudar a abordar esta cuestión, al tiempo que promueven los aspectos positivos de la acuicultura en sí.
Para mí hay un factor clave y es que la producción de alimentos para abastecer a la población mundial es un problema que puede abordarse mediante la acuicultura, pero puede convertirse en otro problema si no se practica bien. Se espera que, en el año 2030, el 62% del marisco suministrado y consumido por los seres humanos proceda de la acuicultura. Además, la Organización de las Naciones Unidas prevé que en 2050 habrá 9.700 millones de personas en la Tierra, lo que provocará un aumento continuo de la demanda de alimentos.
Para consolidar una actividad industrial en la conciencia social, es esencial adoptar prácticas sostenibles que reduzcan el impacto ambiental y promuevan un uso responsable de los recursos, como ya he mencionado. También es importante fortalecer el compromiso con la responsabilidad social corporativa, apoyando proyectos comunitarios y mejorando las condiciones laborales, lo que contribuye a una imagen positiva de la acuicultura. La transparencia juega un papel crucial, informando de manera clara sobre los procesos y medidas de seguridad, mientras que la colaboración con las comunidades y autoridades asegura la participación de las partes interesadas. Por último, la educación, las campañas de concienciación y la innovación constante son claves para que la industria sea percibida como responsable y comprometida con el bienestar social.
Uno de los principales desafíos para mejorar la conciencia social sobre la acuicultura es la desinformación de muchos consumidores, quienes suelen tener un conocimiento limitado sobre las cadenas de valor de los productos acuícolas. Esta falta de información abarca también las diferencias entre los métodos de producción y los tipos de productos, lo que puede generar percepciones erróneas sobre la acuicultura. Los medios de comunicación también juegan un papel importante, ya que los reportajes incompletos o sesgados pueden influir negativamente en la opinión pública, contribuyendo a una imagen distorsionada o confusa del sector.
Además, las preferencias de los consumidores varían considerablemente según el tipo de producto (peces, mariscos, etc.) y factores demográficos como la ubicación geográfica, lo que dificulta la creación de campañas de concienciación globales y efectivas. La obtención de certificaciones es otro desafío relevante, ya que los minoristas demandan cada vez más productos que cumplan con estándares específicos de sostenibilidad. Adaptar a los productores a estas normativas, al mismo tiempo que se educa al consumidor sobre su importancia, es un reto que requiere atención constante.
La forma en que se distribuyen y comercializan los productos de acuicultura influye significativamente en la percepción pública. Ampliar su presencia en mercados especializados y otros canales de venta podría contribuir a mejorar esta imagen. Es esencial que el sector acuícola ofrezca información clara y accesible sobre aspectos como la producción, el origen, el impacto ambiental y el bienestar animal asociado a sus productos. No obstante, lograrlo requiere un esfuerzo coordinado y un cambio cultural dentro de la industria. Para enfrentar estos desafíos, será necesario un trabajo conjunto entre la industria, los minoristas, los consumidores y los sistemas educativos, con el fin de fomentar una mejor comprensión y aceptación de la acuicultura como una fuente sostenible de alimentos.
Ciencia
- Los proyectos colaborativos, la ciencia ciudadana… cada vez más iniciativas buscan impulsar una investigación que integre a otros colectivos, ¿podemos hablar de una nueva forma de hacer ciencia?
Las alianzas en proyectos colaborativos, ciencia ciudadana e investigación interinstitucional se destacan como herramientas poderosas que pueden amplificar los resultados de la ciencia tradicional. Si se gestionan adecuadamente, tienen el potencial de impulsar la investigación, aunque requieren una gestión cuidadosa para asegurar su rigor y efectividad. Estos enfoques demandan también esfuerzos adicionales para garantizar una comunicación fluida, una correcta coordinación y transparencia en la toma de decisiones. La ciencia ciudadana, por ejemplo, no solo multiplica la capacidad de recolección de datos, sino que también promueve una mayor comprensión y aprecio por la ciencia. Su mayor fortaleza radica en su capacidad para democratizar el conocimiento científico y generar un sentido de pertenencia y responsabilidad social hacia los problemas investigados, haciéndolos más cercanos y cotidianos para la sociedad. La colaboración entre científicos y ciudadanos también puede generar nuevas hipótesis, acelerar descubrimientos y mejorar la calidad de los datos. No obstante, considero esencial que los investigadores garanticemos una formación adecuada y mínima de los participantes, y, sobre todo, asegurarnos de que el análisis de los datos mantenga altos estándares de calidad, para evitar errores o sesgos en los resultados.
En la investigación científica interinstitucional, universidades, centros de investigación y empresas unen fuerzas para abordar estudios complejos que serían inaccesibles de forma individual. Los problemas a resolver suelen muy complejos, al igual que sus posibles soluciones. Sin embargo, en la actualidad, es crucial compartir infraestructuras y contar con expertos en áreas altamente especializadas para acelerar avances científicos que puedan tener grandes repercusiones en la mejora de la calidad de vida.
La inteligencia artificial, los big data y el machine learning también están revolucionando la ciencia al acelerar el análisis de grandes volúmenes de datos, al facilitar la modelación y simulación de fenómenos muy complicados, al optimizar la robótica para experimentos automáticos y al proporcionar herramientas efectivas para el acceso y gestión de la información científica. Además, permiten identificar patrones y tendencias en datos extensos, no visibles sin su aplicación, que posibilitan una exploración más profunda, exhaustiva y rápida del conocimiento. En conjunto, estos avances no solo optimizan los procesos de investigación, sino que también amplían las capacidades humanas en la búsqueda de nuevas soluciones y descubrimientos. Creo que pronto comenzaremos a ver, de forma generalizada, los primeros resultados.
- La colaboración internacional es clave para abordar los desafíos globales en el ámbito marino. ¿Qué alianzas o redes de cooperación científica ha establecido su campus con instituciones o investigadores de otros países para promover la investigación y la gestión sostenible de los recursos marinos?
Sin duda, la colaboración, ya sea nacional o internacional es primordial a la hora de abordar desafíos en el ámbito marino. En este sentido, actualmente en España se está desarrollando la estrategia ThinkInAzul, que es una estrategia interautonómica de investigación, innovación y desarrollo tecnológico en ciencias marinas en la que están implicadas siete Comunidades autónomas (Andalucía, Baleares, Canarias, Cantabria, Comunidad Valenciana, Galicia y Murcia). Su finalidad incluye la protección de los ecosistemas marinos frente al cambio climático y la contaminación, así como abordar los retos de la acuicultura, la pesca y el turismo. La Región de Murcia es la coordinadora nacional del Plan Complementario de I+D+I en Ciencias Marinas que posee tres grandes líneas de actuación. La primera es la observación y monitorización del medio marino y litoral, la segunda se centra en la acuicultura sostenible, inteligente y de precisión y la tercera lo hace en la economía azul: innovación y oportunidades. Dentro de este amplio proyecto, tengo la suerte de coordinar, junto con otro compañero, la segunda línea en la Universidad de Murcia. Actualmente la estrategia ya está siendo desarrollada en todas las comunidades implicadas y los resultados que se están obteniendo son más que prometedores.
En el ámbito de colaboración internacional, en la actualidad me encuentro participando en el proyecto 2B-BLUE, Boosting the Blue Biotechnology Community in the Mediterranean coordinado por la Universidad de Murcia, en el que 10 socios, 11 organizaciones asociadas y alrededor de 500 organizaciones en el Mediterráneo estaremos trabajando juntos durante los dos próximos años, con la finalidad de impulsar el sector de la biotecnología azul a través de la comunidad de actores que fue creada gracias a un proyecto previo (B-Blue). Ahora se pretende abordar las principales barreras que fueron ya identificadas y que están relacionadas principalmente con la mejora de la falta de financiación, la mejora de la normativa para facilitar el emprendimiento, la sensibilización de la sociedad sobre los nuevos productos y servicios que ofrece la biotecnología azul y la mejora de la colaboración público-privada en I+D+i.
En cuanto a las alianzas o redes de cooperación científica que ha establecido nuestro campus con instituciones o investigadores de otros países para promover la investigación y la gestión sostenible de los recursos marinos, solo comentaré que me resulta muy difícil de simplificar por el volumen de investigadores, proyectos y contactos que, afortunadamente, tendría que enumerar. Todo esto se debe a que, actualmente, en la Universidad de Murcia, tenemos identificados a unos cuarenta grupos de investigación que, de una manera directa desarrollan su actividad en el ámbito de las ciencias marinas. Ello pone de relieve la importancia de estos estudios en y para nuestra Región.
- Como mujer líder en el campo de las ciencias marinas, ¿cuáles son sus consejos para las mujeres jóvenes que desean seguir una carrera en ciencia y tecnología, especialmente en áreas relacionadas con el medio marino y la sostenibilidad?
Pues les diría que piensen que es como un viaje, en el que hay que disfrutar siempre, tanto el camino de ida, quizás a veces incluso un poco en el camino de vuelta, como la propia estancia en el destino, cuando se alcanza. Considero que es fundamental que elijan buenos tutores o supervisores, que se dejen aconsejar por la voz de la experiencia, así como que se integren en grupos potentes. Que sean exigentes en su formación y que hagan todo lo posible por formarse en las mejores condiciones desarrollando sus cualidades y habilidades científicas, a la vez que sus cualidades personales, tales como la de trabajar en equipo u otras habilidades sociales o comunicativas.
También les diría que tengan ambición, coraje y aspiraciones altas. Que estén atentas para no perder oportunidades y que trabajen duro. En general, le diría lo mismo a cualquier persona independientemente del ámbito que le interesara, ya no solo de las ciencias marinas.
Por supuesto, les diría que no va a ser fácil, que es una carrera de fondo con algunos sprints pero que puede ser muy gratificante porque, quizás su hobby podría llegar a ser su trabajo.
- I+D marina, ¿nos da una valoración de su evolución en los últimos años? ¿Y algún ejemplo de proyecto enfocado en la sostenibilidad pesquera y acuícola?
De una manera directa, creo que ha abierto enormemente su foco de atención, sin duda, se ha complicado, se ha sofisticado y se ha digitalizado. Pienso que la investigación marina pasó de estar centrada en la pesca y en el pez, a preocuparse por la investigación y la innovación centrada no solo en los animales, sino también en su entorno, en el océano, en los problemas que tiene la acuicultura, que han sido ya esbozados, así como en la influencia del clima y en el aprovechamiento sostenible y saludable de los recursos del mar. De igual modo, ha incorporado temas sociales como la gobernanza o nuevas fuentes de alimentos relacionados con temas de salud humana. Ha sabido incorporar también tecnologías innovadoras para lograr el desarrollo de nuevos productos, la valorización de subproductos, la reducción de desechos y lograr el uso de residuos alimentarios que se convierten en materias primas para elaborar nuevos ingredientes.
También se ha puesto más en el centro de la investigación al consumidor y se avanza en la calidad, la seguridad alimentaria y en la percepción de dicho consumidor. Ahora se analiza cómo la investigación de mercados puede guiar el desarrollo de productos alimentarios innovadores que satisfagan todas las necesidades del consumidor y que tengan en cuenta sus preferencias. Todos estos factores y muchos más, han logrado que la I+D marina se haya hecho más multidisciplinar y se haya abierto más a la empresa y viceversa. Creo que solo trabajando conjuntamente empresarios e investigadores podremos avanzar de manera más rápida y firme en la mejora de este importante sector.
Doctora por la Universidad de Murcia con la tesis Caracterización morfológica e histoquímica de las células del riñón cefálico, sangre y exudado peritoneal de lubina (dicentrarchus labrax l.). Estudio "in vitro" de la capacidad fagocítica de sus leucocitos 1992. Dirigida por Dr. José Meseguer Peñalver.