Fernández Pato, Carlos

Miércoles, 22 Enero, 2014

Carlos Fernández Pato es uno de los científicos pioneros del sector. Desde los años 70 ha contribuido al despegue y desarrollo de la acuicultura en España gracias a sus numerosas investigaciones. En estos momentos y tras más de 40 años de dedicación desde el Centro Oceanográfico de Santander del Instituto Español de Oceanografía, afronta una nueva etapa. A las puertas de su jubilación, recuerda sus principales logros y analiza los retos y perspectivas futuras del sector. En esta nueva andadura y lejos de abandonar su dedicación y entrega, mantiene su motivación por continuar vinculado a la acuicultura.

Durante más de 40 años ha contribuido al desarrollo de la acuicultura en España desde sus inicios, siendo uno de los pioneros en la investigación del cultivo de especies como el rodaballo, el besugo, la almeja y la anchoa. ¿Qué destacaría de la evolución del sector?

En primer lugar, tengo que aclarar que sobre la almeja mi participación se limitó a experiencias en medio natural, considero pioneros a mis compañeros del Centro Oceanográfico de A Coruña. En cuanto a la evolución del sector en este tiempo creo que destaca tanto el establecimiento del "bien hacer" o manejo y dominio de la técnica, como el desarrollo de tecnologías, incluyendo las de suministro de equipamiento en el más amplio sentido del término que, sin duda, se desarrolla paralelamente tanto a la necesidad como a la existencia de mercado debido al gran desarrollo en la producción acuícola en estos años.

En sus inicios, logró por primera vez en España la cría de especies como la nécora, el percebe y la sepia. Pero estos estudios se abandonaron por no hallar viabilidad económica. A la hora de investigar nuevas especies, ¿se deberían priorizar aquellas especies con un mercado potencial asegurado?

Si bien es cierto que comenzamos con el cultivo experimental de estas especies, no quisiera arrogarme tanto como la primacía que se plantea en la pregunta. En este caso la viabilidad económica no es exactamente por falta de mercado, si no en la falta de implementos para su cultivo o de rentabilidad en las propias técnicas. Por ejemplo, la sepia ofrecía y ofrece un buen mercado en su fase de desarrollo más temprana pero no encontramos viabilidad económica en su alimentación. En el caso del percebe, se debía a las fijaciones y posterior desarrollo. Hoy parece que hay desarrolladas algunas técnicas en este sentido. En cualquier caso y respondiendo mas concretamente a la pregunta sí creo que se debería de dedicar mayor atención a aquellas especies con mercado asegurado y cuanto más universal sea este mejor.

En la actualidad se investigan en la acuicultura española más de una veintena de nuevas especies. ¿Cuáles cree que son las más aptas para su incorporación en los mercados?

En lo que se refiere a peces, considero que el atún es la especie que puede unirse a las dos estrellas de la acuicultura, el salmón y el langostino, por su mercado universal sus parámetros de cultivo y su potencial valor añadido con el procesado del producto, como en las especies citadas.

Una de las nuevas especies que cuenta con una mayor aceptación ha sido el rodaballo. En los años 80 usted participó en estudios pioneros en España de esta especie. ¿Cuál ha sido la clave en el éxito del cultivo del rodaballo?

Han sido elementos clave la facilidad en conseguir reproductores salvajes y su adaptación a la cautividad, la instalación de un mercado de alevines, la rapidez en alcanzar tallas comerciales y la aceptación en el mercado.

En cambio, en el caso del besugo su centro de investigación consiguió el cultivo de esta especie a nivel industrial por primera vez en Europa, pero en la actualidad su producción en España apenas alcanza las 166 toneladas. ¿Qué ha sucedido?

En cierta manera ha sucedido algo contrario al caso del rodaballo: la dificultad en conseguir reproductores, ausencia de un mercado de alevines, mayores dificultades con los reproductores por ejemplo con el determinismo sexual, y aunque tiene un buen crecimiento hasta el "tamaño ración", comparable a la dorada, pero en aguas con menor temperatura hay mercados acostumbrados a ejemplares con "la pinta" que, aunque lógicamente conlleve un mayor tamaño, no es cuestión de este, sino que es indicativo de haber alcanzado la maduración sexual, es decir, de edad, como circunstancias más reseñables.

Entre sus últimos trabajos, ha estudiado la viabilidad de la crianza de la anchoa en cautividad, una especie amenazada en el Cantábrico, con el fin de abastecer la industria conservera y servir de cebo vivo aliviando la presión pesquera. ¿En qué medida se han logrado estos objetivos?

Los estudios no han sido suficientemente extensos ni temporal ni económicamente, sin embargo se cubrieron una buena parte de los objetivos propuestos. Algunos aspectos fundamentalmente en la cría larvaria, sin entrar en mayores detalles, aún no han sido superados pero hay instituciones y personal de gran prestigio como AZTI-TECNALIA y la Sociedad Oceanográfica de Guipúzcoa (Aquarium de San Sebastián) que según mis noticias continúan en ello y espero y deseo que los vayan a superar. No obstante, la idea primitiva era el abastecimiento estable para uso conservero con un "diseño" apropiado de contenido graso en el filete, entre otros. Hoy esto ha tomado otros carices y aún sin perder ese sentido original el abastecimiento de alevines como cebo vivo para la captura de túnidos es sin duda de gran interés porque aún existiendo otros como la sardina, que ya se está haciendo en Japón y Brasil, la anchoa está considerado como el mejor cebo y además de reducir la presión en sus capturas, de ejemplares inmaduros, se evitaría que los barcos en el Cantábrico tuvieran que hacer grandes distancias, a la altura de Burdeos, para capturarlas, saliendo de sus puertos con los viveros abastecidos de cebo.

Uno de los últimos estudios en los que ha participado sobre calidad del pescado de crianza concluye que el consumidor prefiere en catas a ciegas el pescado de crianza cuando desconoce su origen. ¿A qué se debe esta imagen negativa hacia el sector?

Seguramente a esta pregunta respondería mejor el coordinador del proyecto pero no dejaré de dar la opinión a la cuestión que me plantea. Bajo mi punto de vista, el ser alimentados con piensos en el caso de los peces, condiciona mucho la valoración aunque en muchos casos higiénica o sanitariamente puedan tener mas garantías que la alimentación de los peces salvajes. En ganadería terrestre tenemos ejemplos de la falta de valoración de animales alimentados en todo o en parte con piensos. Otra opinión que se escucha en multitud de ocasiones es la idea de estar confinados, asociada a la falta de menor movimiento que en la mar.

¿Cómo se puede mejorar?

Aunque tampoco soy quien mejor respondería a ella, creo que sería de gran utilidad la divulgación de la calidad de los productos de la acuicultura y un adecuado etiquetado, sea por productores o genéricamente asumiendo para ello el cumplimiento de unos parámetros de calidad determinados. Puedo poner el ejemplo, que en este estudio una de las especies mejor valoradas fue el rodaballo y por conocimiento directo que el que se utilizó en las catas procedía de la empresa ubicada en Cantabria, RODECAN, S.L.

En este último estudio, también han analizado la sostenibilidad de la producción del pescado de crianza. En la alimentación de los peces, ¿en qué medida se puede potenciar la sostenibilidad con el uso de piensos de origen vegetal manteniendo las propiedades nutricionales del pescado?

En nuestro caso con el rodaballo, en el estudio se refleja también que en otras especies, no se aprecian diferencias significativas en el crecimiento con el uso de harinas y aceites vegetales, al menos hasta una determinada talla. Sin embargo, hago referencia al rodaballo, el suministro de la ingesta recomendada en nuestra alimentación de ácidos grasos n-3HUFA cuando la alimentación es exclusiva con aceite vegetal, exigiría una ingesta aproximada del doble de ración de pescado. Una alimentación de los ejemplares con un 50% de dichos componentes satisfaría sobradamente estas necesidades, incluso comparados con ejemplares salvajes. No quiero perder la oportunidad de manifestar mi convicción de que la sostenibilidad en la alimentación de los peces de crianza se verá aumentada con las ventajas de que la procedencia tanto de la harina como fuente proteínica, como de los ácidos grasos omega 3, sea de las microalgas.

Más del 50% de los productos acuáticos consumidos en el mundo proceden de la acuicultura. Sin embargo, el sector en España atraviesa un periodo de estancamiento al igual que en el resto de países europeos. ¿Cómo se puede salir de esta situación teniendo en cuenta el potencial científico de nuestro país?

La acuicultura ha tenido un gran desarrollo en los 15 o 20 últimos años, quizás estemos en un periodo de asentamiento y lógicamente no se siga la evolución progresiva de este último periodo. De otra parte el periodo de crisis afecta sin duda a la expansión industrial y, como tal, también a esta. En cuanto al potencial científico como tal está claro, pero para validarlo y que pueda ser real, es necesaria esa expansión y por tanto una cada vez mas necesaria mayor inversión en I+D.

¿Cómo afronta esta nueva etapa de su vida y cuál será su relación con la acuicultura?

Espero seguir en contacto con la acuicultura. Desde que se usa el término, me considero con cierta arrogancia acuicultor, sin abandonar la posibilidad de hacerlo en lo posible con la institución que siempre consideré como mi casa, el IEO, y en o con todo aquello en lo que pueda aportar algo.

Carlos
Fernández
Pato
Titulacion: 
Doctor en la Cátedra de Biología Marina de la Universidad de La Laguna
Profesión: 
Investigador titular en el Centro Oceanográfico de Santander del Instituto Español de Oceanografía (IEO)
Miscelánea: 

Carlos Fernández Pato cursa estudios de Biología en la Universidad de La Laguna y se doctora en esta Universidad en la Cátedra de Biología Marina en 1994. Entra en contacto con el Instituto Español de Oceanografía, en su Laboratorio de Santander, durante sus estudios de Licenciatura realizando prácticas desde 1967 en los periodos estivales y como Alumno Libre desde la finalización de la licenciatura (1971), realizando estudios sobre la macrofauna bentónica de la bahía de Santander.
Ha sido investigador principal de numerosas proyectos, gran parte de ellos de colaboración con universidades, centros de investigación, empresas y Gobierno de Cantabria del que fue asesor en numerosas ocasiones. Como consecuencia inició y preparó para la acuicultura a numerosos becarios y personal de otros equipos del IEO de incorporación al de acuicultura.
Hasta 2013 participó en el proyecto de investigación sobre "Caracterización de la calidad del pescado de crianza" (Planes Nacionales de JACUMAR), en colaboración con diversos organismos de investigación de ámbito nacional.