Pablo García asegura que una piscifactoría "no sólo no contamina el medio marino sino que supone una garantía de vigilancia continua y el mantenimiento de los mejores parámetros físico-químicos del medio marino". Además, recuerda la dependencia que tiene este tipo de planta del medio marino para criar sanos a los peces que después comercializan.
La propia Stolt Sea Farm reconoce "la contaminación, tanto de materia orgánica como de productos químicos, así como cambios en el ecosistema acuático, entre otras consecuencias". Sin embargo, Pablo García insiste en que el estudio de impacto de la granja deja "meridianamente claro que no habrá afectación al medio marino" y aclara que el documento se encuentra en la Consellería de Pesca a disposición de las cofradías.