Piensos ricos en salud para peces de granja

Jueves, 12 Abril, 2007

Tradicionalmente, los antibióticos han sido el remedio más socorrido para combatir las afecciones producidas por bacterias. No obstante, la Ciencia ha demostrado que emplear estos medicamentos acarrea algunos inconvenientes. Desafortunadamente, cuando se abusa de ellos, las bacterias mejoran su resistencia a los fármacos paulatinamente. Además, la legislación aplicada en la actualidad a las explotaciones acuícolas es cada vez más restrictiva en cuanto al uso de antibióticos.

Los profesores López Figueroa y Moriñigo Gutiérrez, coordinadores del proyecto, pretenden encontrar alternativas a la utilización de estos fármacos por lo que han centrado su esfuerzo en el estudio de piensos funcionales, unos alimentos que tienen efectos positivos en la salud de los peces. Estos investigadores del grupo de Fotobiología y Biotecnología de algas, y del grupo de Gestión e Innovación Medioambiental de la Universidad de Málaga (UMA) coinciden en que el camino no está en buscar nuevos tratamientos paliativos. La cuestión reside en avanzar en la prevención de las enfermedades, reduciendo las posibilidades de contagio.

En el proyecto se intentará mejorar la salud de los peces mediante la aplicación de una alimentación experimental de composición novedosa. El pienso que podría desarrollarse si los resultados del proyecto son los esperados, no sólo contendría sustancias nutritivas idóneas para alimentar a los peces, sino que su composición mejoraría el funcionamiento de su sistema inmunológico, la principal defensa contra las infecciones. Este aspecto es de mucho interés para la industria acuícola, ya que las posibilidades de contagio entre peces de piscifactoría son enormes.

La clave de estos piensos es la introducción de unas algas marinas en su composición. El Profesor López Figueroa explica que estas especies gozan de un gran potencial como bioestimuladores del sistema inmunológico. Es decir, son capaces de activar y mejorar el funcionamiento de las defensas del pez.

No sólo estas ?plantas acuáticas? cuentan en la receta de este hipotético pienso. La completan los probióticos, unas bacterias que pueden encontrarse en los propios peces, por ejemplo en el intestino o en la piel. Según los científicos, suministradas en cantidades determinadas interfieren en los patógenos que atacan al pez. El profesor Moriñigo avanza que, a priori, estos microorganismos no son perjudiciales, sino que funcionan como inmunoreguladores, es decir, ayudan a que el funcionamiento de las defensas del pez sea correcto.