El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y cofradías como la de A Illa, que ayer dio la voz de alarma, están investigando lo ocurrido y tratan de determinar si el chapapote acumulado en el litoral procede de los restos del Prestige o de la limpieza de las sentinas de algún buque.
Por unas razones u otras, lo único cierto es que el espeso y negro chapapote volvió a hacer acto de presencia, incluso afectando a zonas que el pasado verano lucieron la bandera azul que acredita la calidad de sus aguas, como es el caso de Area da Secada, en el municipio isleño. Desde primeras horas de la mañana tanto el patrón mayor, Benigno Chaves, como otros miembros de la cofradía de A Illa, se dedicaron a peinar el entorno del lugar conocido como Niño do Corvo, donde se ubica el Instituto Galego de Formación en Acuicultura (Igafa).
Pájaros impregnados
Fue en aquel punto donde se localizó la presencia de al menos tres aves marinas -un cormorán, un mascato y un arao- que habían fallecido por estar totalmente recubiertas de combustible. junto a esas aves -parece que una de ellas había sido vista agonizando el día anterior- había una gran cantidad de las "galletas" de chapapote que se hicieron tristemente populares a raíz del hundimiento del Prestige frente a la costa gallega.
Desconocemos si se trata de un vertido procedente de algún barco que pasó frente al litoral o por la ría, si es fruto de la limpieza de sentinas -una práctica perseguida pero frecuente- o si son restos que arrastra el temporal desde el pecio del Prestige", indicaban los dirigentes del pósito isleño. "Pero lo que sí sabemos -continuaban- es que cuando se hundió el petrolero la costa de A Illa estuvo más limpia que ahora".
A medida que el personal del pósito avanzaba desde Niño do Corvo hacia Area da Secada la presencia de chapapote aumentaba y se confirmaba tanto la existencia de aves muertas como la presencia de esqueletos de otros pájaros que pudieron morir en alta mar durante los últimos días.
lgunos vecinos apuntan que también se localizaron pequeñas "galletas" entre A Lanzada y San Vicente (O Grove).
Paralelamente, pero también como consecuencia del fuerte temporal, muchas playas arousanas amanecieron ayer cubiertas de todo tipo de residuos, sobre todo restos de madera y plásticos. pero el intenso oleaje también causó daños en las bateas de cultivo de mejillón y ostra existentes en la ría, donde algunas estructuras sufrieron las consecuencias de la tempestad y se produjeron desprendimientos de molusco en las cuerdas, con especial magnitud en las situadas en los parques más exteriores.