Roque Serrano ha explicado que este método "permite duplicar e incluso cuadruplicar, según el tipo de contaminante, la velocidad de eliminación de los plaguicidas de los tejidos de los moluscos, así como aumentar la tolerancia al estrés oxidativo".
Este método consiste en la utilización de la "'N-acetilcisteína", una sustancia capaz de estimular la síntesis intracelular de glutatión e inducir las actividades de "glutatión S-transferasa" y "glutatión reductasa" en mejillones.
El logro de los investigadores de la UJI y el CSIC consiste en demostrar que la administración de la N-acetilcisteína potencia esa acción del glutatión en los moluscos y que, por tanto, tiene importantes aplicaciones como técnica para la eliminación de contaminantes en los mejillones.
El cultivo de moluscos bivalvos en zonas de poca profundidad del mar y cercanas a zonas urbanas, industriales y agrícolas puede provocar la acumulación puntual en su organismo de contaminantes orgánicos como plaguicidas, hidrocarburos aromáticos policíclicos, bifenilos policlorados, dioxinas, furanos y disruptores endocrinos.
Hasta ahora esa descontaminación consistía en el tratamiento con agua filtrada y esterilizada o mediante presión hidrostática a altas temperaturas durante 48 horas, pero se necesitan varios días para eliminar por completo los restos de plaguicidas presentes en los tejidos de los bivalvos.