El director xeral de Competitividad e Innovación Tecnológica de la Consellería do Mar, Juan Maneiro, asegura que la única solución que tienen los bateeiros de la ría de Vigo sancionados por cultivar mejillón en las bateas autorizadas para ostra, es que vuelvan a la producción de este molusco bivalvo, por cuya producción dice que la Xunta sigue apostando en Galicia con la vista puesta en el mercado francés. Las infracciones empezaron a llegar a finales de año y afectan por lo menos a 7 de los mejilloneros titulares de las 14 bateas de ostra que hay autorizadas en el polígono mejillonero Redondela A, frente a Domaio, en Moaña. El importe de las sanciones varía en función de las cuerdas, existiendo sanciones de 27.000 euros por un batea con unas 600 cuerdas. Cuando empezaron a llegar los expedientes de infracción, algunos bateeiros, por precauación, vaciaron de mejillón las cuerdas, otros no y hay casos de mejilloneros que ya acumulan dos sanciones.
Maneiro asegura que estos productores están realizando una acticvidad ilegal que puede implicar incluso la caducidad de la concesión de la batea. Reconoce que es cierto que llevan haciéndolo, en algunos casos, veinte años y que le consta que siempre fueron sancionados, por lo que no les ha podido sorprender. Eso sí, el cambio que hubo es que con la nueva Ley de Pesca, la cuantía de las multas se incrementó ahora al pasar la actividad ilegal a ser tipificada como infracción grave. Antes de la modificación de la Ley, con el bipartito, "las sanciones eran llevaderas y a los productores les intersaba incumplir" (las cuantías eran de 300 euros frente a las de ahora entre 8.000 y 60.000 euros).
Maneiro incide en el hecho de que las transmisiones de los viveros de ostra son más económicos que los del mejillón para reflejar cierta picaresca con la que actuó el sector. Muchos de los productores se hicieron hace más de veinte años con estas bateas de ostra por una deuda contraida con ellos por Mariscos Arcade. Recuerdan que anteriormente estas bateas eran de mejillón pero la empresa quiso experimentar con la ostra y tenía una concesión de 10 años que se dejó concluir sin pedir el cambio. Las bateas autorizadas para ostra en la ría son 16 y están en este polígono. En la actualidad solo funcionan dos de ellas, pero no son de cría, sino que se utlizan para almacenar el molusco que se trae de fuera y venderlo en determinadas épocas del año. La gran mayoría de los titulares de estas bateas de ostra llevan veinte años pidiendo el cambio de cultivo sin que la Xunta lo autorice.En este sentido Maneiro reconoce que el criterio de hace tiempo es de no incrementar el cultivo de mejillón por entender que hay sobreexplotación.
La petición de cambio es generalizada en Galicia, en donde puede haber algo más de cien bateas de ostra, centradas en la ría de Vigo, Arousa y Sada.