Los mariscadores estrenan la segunda batea de depuración

Miércoles, 22 Febrero, 2012

Los mariscadores de la ría comenzaron a utilizar ayer la segunda batea para la depuración intensiva de marisco, que ha sido desplazada desde Arousa a aguas locales para apoyar la que se instaló a comienzos de enero y, de este modo, intentar que la iniciativa comience a dar frutos, algo que hasta el momento no ha sucedido.

Trabajadores a flote de los pósitos de Ferrol y Barallobre depositaron alrededor de mil kilos de almeja en la nueva infraestructura. Tanto esta como la primera, la que se colocó a comienzos de enero, han sido reubicadas en la zona de la punta de San Carlos más próxima a San Cristóbal. El motivo es que se considera que en esa área hay una mayor corriente de agua que permitirá agilizar la limpieza biológica del marisco.

En total, a día de hoy en ambas bateas hay un total de 4.000 kilos de almeja procedentes de la ría de Ferrol.

Desde la Consellería do Medio Rural e do Mar se considera que con las dos medidas mencionadas -la colocación de una segunda batea y la reubicación de las dos- se conseguirá que el marisco pueda llegar a las lonjas de forma continuada en el tiempo, de modo que los mariscadores puedan vivir de su venta y no dependan de las ayudas del plan de dinamización, establecidas desde el 2007 por la crisis de las zonas C y que desaparecerán el 1 de marzo.

Dicho en otras palabras, si el sistema de depuración intensiva no da frutos, el gremio se quedará en un callejón sin salida, sin posibilidad de vender y sin salarios por trabajos alternativos a la extracción de almeja.

Piedra de toque

Fuentes oficiales del departamento que dirige Rosa Quintana han señalado que ayer se tomaron las muestras pertinentes a los mil kilos de marisco depositados en la primera batea el pasado lunes. Mañana se sabrá si son aptos para pasar a las rulas para la subasta.

En el caso de que no sea así, sería el segundo gran fracaso del proyecto que la Xunta ha planteado como alternativa de futuro para el marisqueo en la ría de Ferrol.

Si la depuración funciona, todavía habrá que ver si los mariscadores consiguen en las lonjas precios adecuados para sus ventas, lo que determinará si el modelo es o no rentable para la supervivencia del gremio.