Los langostinos se pescan en Valladolid

Lunes, 24 Marzo, 2014

No está lejos el día en que el marisco, todo el marisco, se pesque en mares de interior, de secano. Escenarios como el que se ensaya en Medina del Campo, al abrigo de las galernas de Finisterre y en los que la flota de mariscadores no tendrá que estar pendiente nunca de un océano picado. Adiós a las mareas rojas que dejan los expositores de las pescaderías huérfanos de los frutos del mar. Fin de los temores a que las técnicas de extracción marina y la sobreexplotación de los recursos engorden aún más las listas de especies en peligro de extinción. En la lista roja de Greenpeace ya está el langostino blanco del Pacífico, lo que no preocupa lo más mínimo a los creadores de Gamba Natural. En sus 24 piscinas, situadas en un vivero de empresas, maduran ahora mismo un millón y medio de ejemplares de esta especie importada de América. En la planta presumen de que son pioneros en la comercialización de langostino vivo y en desarrollar todo el proceso productivo, desde la minúscula larva hasta unos hermosos ejemplares de color azul metálico que llegan a superar los 30 gramos.

Hasta acabar en el plato necesitan unos cinco meses. Pero sacar adelante un proyecto así en España ha requerido siete años. «Para llegar a este mar ha sido necesaria toda una travesía del desierto», explica metafóricamente el director de Marketing de Gamba Natural, José Villarrubia, mientras extiende un formulario-contrato por el que el visitante se compromete a respetar las estrictas normas de seguridad y la confidencialidad de la visita. «Intentan espiarnos los chinos, los rusos...», se justifica. No hay carteles indicadores, ni siquiera un camino asfaltado de acceso. De momento, en Gamba Natural prefieren pasar lo más inadvertidos posible.