Las piscifactorías ven peligrar su negocio por la nueva normativa

Martes, 17 Enero, 2012

Si los pescadores segovianos están "indignados" por la imposibilidad de lograr este año un permiso en un coto de pesca intensivo, otro tanto ocurre con los propietarios de las piscifactorías. De la noche a la mañana han descubierto que la especie que cultivan, la trucha arcoíris, ha quedado incluida en el ‘Catálogo de Especies Exóticas Invasoras', un hecho que conlleva la prohibición de realizar nuevas repoblaciones con la misma.

"El Real Decreto 1628/2011, de 14 de noviembre, que regula el Catálogo de Especies Exóticas Invasoras, es de lo más desafortunado que puede hacer un Gobierno saliente -en referencia al de José Luis Rodríguez Zapatero-", declaró ayer Carlos San Miguel, director general de ‘Industrias Piscícolas Españolas Agrupadas S.A.', con factoría en Fuentidueña. "No se ha consultado ni a los pescadores ni a los productores", añadió San Miguel, quien advirtió que, para Castilla y León, las consecuencias de la nueva normativa suponen "un problema serio", ya que "se va a destruir una actividad que para el medio rural venía muy bien".

San Miguel, en calidad de presidente de la ‘Asociación de Productores de Acuicultura Continental', entidad que suma el 70% de la producción nacional, espera poder trasladar en los próximos días a los responsables del Ministerio de Agricultura su "preocupación" por "el daño" del mencionado Real Decreto.

"La trucha arcoíris lleva aquí desde el siglo XIX, y en ningún momento ha dado muestras de invasión; de hecho, en ningún río hay población estable de la especie", manifestó San Miguel. Aunque el impacto de la nueva normativa será "escaso" para la factoría de IPEASA en Fuentidueña, ya que casi el 95% de su producción se destina a consumo humano, no ocurrirá lo mismo con las empresas dedicadas a la producción de truchas arcoíris para repoblaciones.

En este último caso se encuentra Císter S.A, radicada en Sacramenia, cuyo administrador, Manuel Rodríguez, confesó ayer que, si se aplica la normativa "tendremos que cerrar, después de cuatro décadas echando truchas arcoíris a los cotos de pesca". A su juicio, lo que está ocurriendo con la aprobación del ‘Catálogo de Especies Exóticas Invasoras' es "una locura", tras la que él teme que "la Junta se esté escudando para hacer un recorte más". En los últimos años, los tres clientes principales de Císter S.A. eran los servicios territoriales de Medio Ambiente de Segovia, Ávila y Valladolid, para cotos de pesca de esas provincias. Y ahora, ninguno de esos tres clientes puede hacer repoblaciones con trucha arcoíris. "Si no se pone remedio, el sector se va a hundir", lamentaba Rodríguez, quien a continuación se hacía una pregunta: "¿Qué voy a hacer con las cerca de 40 toneladas que tenía preparadas para la próxima campaña, que empieza en marzo?". En el caso de Císter S.A. la reconversión de la empresa resulta "muy compleja", pues requeriría la construcción de un matadero, si finalmente se planteara vender en el futuro las truchas para consumo humano. Y la opción de cultivar trucha ‘común' está prohibida por la legislación vigente.

Por su parte, en el lago de pesca "El Vivar", de Vivar de Fuentidueña, Santiago Arévalo se congratulaba de que su empresa hubiera dejado hace años de vender truchas arcoíris para repoblar. En la actualidad, a este lago acuden pescadores a capturar truchas arcoíris, abonando al final de la jornada una cantidad, con arreglo al peso total de las capturas. "A mí la nueva normativa me parece mal; si antes los pescadores ya se quejaban de que echaban pocas truchas a los cotos, y decían que venían aquí a coger lo que no podían en otros sitios, ¿qué pasará ahora?", se preguntaba Arévalo.