"Uno de los indicadores más elocuentes de la salud y del potencial de la economía de un país es el volumen de investigación y desarrollo (I+D) que genera", afirmó, a lo que agregó que "es imprescindible aumentar la capacidad científica, tecnológica e innovadora de nuestros países miembros".
Durante la reunión, los ministros acordaron que, en vista de la ralentización de la productividad en una serie de regiones de la OCDE, resulta necesario mejorar el marco de condiciones para la innovación. Además, resaltaron la importancia de invertir en los sistemas educativos a fin de garantizar el suministro constante de investigadores y mano de obra cualificada de cara al futuro y de impulsar la inversión del sector privado en la innovación.
Los sectores que más se beneficiarían previsiblemente de la innovación serían la sanidad, la energía, el suministro de agua y otros servicios públicos, así como la ecoinnovación.