Los productores acuícolas españoles alertaron en los últimos días de la pérdida de competitividad del sector frente a terceros países. La industria asegura que desde 2000 existe "un estancamiento productivo" de la acuicultura de la UE "mientras que el resto de Europa y del mundo sigue progresando".
La Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos (Apromar) resume las causas de esta situación en tres: la desigualdad en las condiciones de participación en el mercado único de los productores europeos frente a los de terceros países, la dificultad en la obtención de licencias para nuevos emplazamientos y la insuficiente información que reciben los consumidores sobre la acuicultura.
El sector tampoco se olvida de las culpas de los empresarios y destaca que deben reducir costes, fomentar la innovación, mejorar la eficiencia, abrir nuevos mercados y buscar la concentración comercial.
El estancamiento de la actividad en la UE, según Apromar, contrasta con el crecimiento en países terceros próximos como Noruega o Turquía, y más lejanos como Brasil, India, Vietnam o China, donde el sector crece alrededor de un 10% cada año, en la misma proporción que sus exportaciones a la UE. La industria cree que el principal problema del sector es la falta de una correcta gobernanza "que aboca la actividad a un callejón sin salida". Pero apunta otras:
Marco administrativo. Los productores reclaman un marco legislativo claro, que les dé seguridad jurídica. "Las carencias en el entorno reglamentario que sufren las empresas de acuicultura son tanto a nivel europeo, como en España o las comunidades autónomas", denuncia Apromar. Una de sus principales críticas se refiere a la lentitud y complejidad de los trámites para nuevas instalaciones o ampliaciones de las existentes. "Es inaceptable tener que enfrentarse a plazos de varios años para la tramitación de una autorización administrativa para acuicultura", lamentan. Además, destacan que la coordinación entre las legislaciones autonómicas es nula.
Desigualdad de condiciones. Consideran que las firmas españolas son eficientes y competitivas en una situación de igualdad pero que este escenario no se da ni en producción ni en comercialización. Aseguran que deben someterse a normas muy estrictas que no se le exigen a los productores de terceros países, pero que no impiden que vendan sus productos a la UE. Además, destacan que hay países que incentivan de forma irregular sus producciones para después venderlas a la UE.
Información a consumidores.
La industria acuícola considera que la información que llega al consumidor sobre las características de sus productos impide apreciar las diferencias de calidad y precio, por lo que el sector español se ve afectado al ofrecer pescado de mayor calidad y valor añadido que el de importación.
Protección de la naturaleza.
El sector critica la "fuerte confusión" existente en la sociedad y algunas administraciones sobre lo que significa la Red Natura 2000. Las empresas no entienden que no se reconozca que en estos espacios se permite explotar los recursos naturales con objetivos económicos "siempre que sea de una manera sostenible".