Un equipo de científicos ha descubierto que el mucílago o las "vísceras" de los cactus puede utilizarse para limpiar agua contaminada y emplearla para la cría de peces.
Los investigadores presentaron los sus investigaciones en la 251° Reunión Nacional y Exposición de la Sociedad Americana de Química (ACS).
"Hemos encontrado que hay una atracción entre el mucílago de los cactus y el arsénico", señala Norma Alcantar.
"El mucílago también atrae sedimentos, bacterias y otros contaminantes. Captura estas sustancias y forma una masa grande o 'flóculo' del tipo del algodón de azúcar. Para los sedimentos, los flóculos son grandes y pesados, y precipitan rápidamente después de la interacción con el mucílago", explica.
La tecnología fue desarrollada a partir del conocimiento de hace un siglo de que el mucílago de algunos cactus comunes puede limpiar el agua potable. Alcantar conoció por primera vez este proceso a través de su abuela mexicana, que contaba que cocinaba el nopal y usaba el líquido resultante para eliminar los sedimentos del agua contaminada.
En 2006, Alcantar, que trabaja en la Universidad del Sur de Florida (USF), comenzó a realizar experimentos sobre las propiedades de limpieza de los cactus. Con su equipo, se enfocaron en la purificación del agua contaminada tras el terremoto de Haití, y descubrieron que funcionaba bien.
Los cactus son plantas comunes en todo el mundo y un producto sostenible, y no sólo no son tóxicos, sino que también son comestibles y considerados un manjar.
Después del desastre del derrame de petróleo en la plataforma Deepwater Horizon, ocurrido en 2010, la investigadora y su equipo de la USF comenzaron a explorar la posibilidad de emplear cactus para separar el petróleo del agua de mar contaminada. Aunque el programa de investigación no se desarrolló más allá de escala de laboratorio, permitió descubrir que el mucílago del cactus es un dispersante eficaz del petróleo.
Más recientemente, representantes del Laboratorio Marino Mote en Sarasota, Florida, pidieron a Alcantar y Tunán Peng, asistente de investigación en su laboratorio, que investigaran si el extracto de cactus puede servir para limpiar el agua que se recircula en los acuarios, así como el agua que se emplea en los tanques y estanques para la acuicultura.
Alcantar y Peng explican que esos tanques crean condiciones que fomentan el crecimiento bacteriano, que a su vez promueve el desarrollo de compuestos olorosos desagradables, tales como el 2-metilisoborneol (conocido como MIB) y el geosmin. Estos compuestos producen a veces un sabor a humedad, terroso, en el agua y en los peces que viven en ella. Cuando se efectúa la cosecha, la práctica corriente es purgar el pescado y los tanques con agua limpia, un proceso que lleva meses y que requiere grandes cantidades de agua y estresa a los peces, indica Alcantar.
En la búsqueda de alternativas, Peng y Alcantar se concentraron en el mucílago de los cactus. Ahora están tratando de determinar el mecanismo que permite que el mucílago actúe como un purificador eficaz.
Además, los investigadores están estudiando la composición química de la mucílago, que contiene carbohidratos y unos 60 azúcares, con el objetivo de sintetizarlo en un laboratorio. También están desarrollando un prototipo de un sistema de acuicultura de recirculación que utiliza extracto de cactus como agente de limpieza, y analizarán el ciclo de vida del sistema.