Dos empresas gallegas construyen en Dena la primera batea de polietileno

Lunes, 29 Agosto, 2011

Dos empresas gallegas han desarrollado una estructura que puede revolucionar el mundo de las bateas: la primera de estas estructuras con emparrillado de polietileno de alta densidad sobre flotadores de acero y en la que desaparece por completo la madera. Se trata de las firmas Tepsa, líder en España en producción de polietileno, y la meañesa Forjas del Salnés, con más de 50 años de experiencia en la fabricación de bateas.

La nueva estructura mejillonera ha sido ya construida por Forjas y está atracada en la conocida como ría de Dena en espera de ser botada al mar la próxima semana. Fue la productora de mejillón Barlovento quien se atrevió a sumarse al proyecto, aportar su experiencia en el sector y adquirir esta primera batea para ser testada poniéndola en producción en un polígono suyo frente a Combarro, en la ría de Pontevedra.

Se trata de una experiencia piloto, con capital cien por cien privado y que lleva más de un año gestándose. "El objetivo era quitar la madera de eucalipto que conforma las vigas del emparrillado de las actuales bateas, porque en Galicia está ardiendo mucho y cada vez la madera es de peor calidad. Nosotros llevábamos cinco años estudiando el tema pero los materiales que se nos presentaban como alternativa no ofrecían garantías además de ser excesivamente caros", explica el gerente de Forjas del Salnés, José Manuel Méndez Lázaro.

Fue hace un año cuando la empresa Tepsa (Grupo Plásticos Ferro), asentada en Muras, líder español en la fabricación de polietileno y con una amplia experiencia de materiales plásticos destinados a pesca y acuicultura, y Forjas del Salnés contactaron para desarrollar este proyecto. La primera fabricaría en exclusiva las piezas adecuadas y la segunda procedería al montaje de la batea.

Manuel Serrano, gerente de Tepsa, explica a pie de batea las ventajas del polietileno: "es un material inerte, no tóxico, cien por cien reciclable y que a diferencia de la madera no necesita tratamientos de alquitrán u otros productos semejantes, para su conservación. El resultado es una batea más ligera, flexible y ecológica, amén de más segura para el trabajo sobre el emparrillado que no se hace resbaladizo como el de madera con la lluvia."

Tan ligera que el proyecto conllevó recortar los clásicos flotadores redondos que tienen las actuales bateas para dejarlos en medios flotadores con el objeto quitarle flotación y que la estructura no se elevara en exceso. Pero la gran otra ventaja de la nueva batea es la duración "porque mientras una de madera está durando ahora -apunta Méndez Lázaro- en torno a 15 ó 20 años como mucho, esta de polietileno calculamos que puede durar bien más 30."

La mayor dificultad en la fabricación de la estructura estuvo, según José Manuel Méndez, "en el anclaje del emparrillado de polietileno puesto que era tubo redondo en vez de viga cuadrada y que no queríamos perforar. Por eso fue necesario concebir unas piezas metálicas adaptadas a la sección cilíndrica que, con gruesos tornillos en los extremos, uniera con solidez toda la estructura."

Esta nueva batea será testada ahora por Barlovento en la ría de Pontevedra, y luego se pretende hacer lo propio Meloxo o Sada, zonas duras donde el mar trabaje con fuerza.