Dorada, pescado blanco con proteínas de alta calidad, vitaminas y minerales

Jueves, 5 Octubre, 2017
  • El Abecedario de la Nutrición llega a la letra D y se centra en un pez muy saludable y de grandes valores nutritivos, la Dorada, un pescado blanco con proteínas de alta calidad, vitaminas, minerales y grasas cardiosaludables de la familia de los omega 3

El valor del pescado en la alimentación y la nutrición parece un hecho demostrado y consolidado. Ofrece pocas dudas. El Abecedario de la Nutrición, de la mano de la responsable de salud y nutrición de Nestlé, Laura González, llega a la letra “D” y se centra en la Dorada y otros peces de piscifactoría, desde los micrófonos de “El Bisturí”, el programa de radio de EFEsalud que coordina y presenta Henar Fernández.

La dorada es un pescado de la dieta tradicional de los pueblos costeros del Mediterráneo. Su consumo suele hacerse mediante preparaciones sencillas cocinadas a la sal, horno, con verduras, a la plancha, y otras recetas. Su sabor es delicado, su textura suave, muy agradable al paladar, muy aceptado, explica Laura González.

La acuicultura a través de las piscifactorías ha hecho muy asequibles los precios y fácil el acceso. Lo mismo sucede con otros pescados que la nutricionista enumera como la lubina, el salmón, la perca, la trucha o la panga.

La panga es un pescado blanco, de sabor neutro, y la perca es más tersa y menos fina; ambos se caracterizan por su escasa grasa, sus pocas espinas y su presentación, normalmente, en filetes.

¿Qué diferencias hay entre el pescado  salvaje y el de acuicultura?, pregunta Henar a Laura.

“Aunque puede haber pequeñas variaciones en el aporte de nutrientes, en general su valor nutritivo es muy similar. No obstante, sin en algo se diferencian, además del impacto medioambiental de su producción, es sin duda en su textura, sabor y aroma, que es más agradable y característico en las variedades salvajes”.

“Los pescados y mariscos son alimentos clave en patrones de alimentación saludable como la dieta mediterránea, no solo por las sustancias nutritivas que aportan, sino porque reducen la posibilidad de consumir otros productos de origen animal ricos en grasas saturadas o sal, que consumidos en exceso pueden ser perjudiciales para la salud”, explica Laura González.

El poder nutricional de los pescados

El pescado es la primera fuente de fósforo, yodo, selenio, magnesio en la dieta española. También en vitamina D y B12 y contribuye en gran medida a la ingesta de proteínas, calcio y vitaminas como B6, la peridoxina y la vitamina E, argumenta la experta.

Respecto a la grasa -añade-, la grasa del pescado es muy distinta a la de otros animales, se caracteriza por su riqueza en ácidos grasos insaturados entre los que destacan los poliinsaturados de la familia omega 3, esenciales para el organismo, que ejercen un efecto protector y terapéutico sobre las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo, y contribuyen a un buen funcionamiento del corazón, mantener buenos niveles de triglicéridos en sangre, los niveles adecuados de presión arterial, y otros beneficios. Los triglicéridos y la presión arterial elevados son destacados factores de riesgo cardiovascular.

La nutricionista recomienda recuperar recetas tradicionales de pescado de la dieta mediterránea, ligadas al factor de la temporalidad de los ingredientes; aprovechar las espinas o cabezas para hacer caldos de pescado o paellas; evitar tirar las sobras o utilizarlas para otros platos como croquetas o canelones, con las debidas precauciones higiénicas.

Considerar las conservas y el pescado congelado como una alternativa al fresco, sobre todo cuando uno tiene poco tiempo para cocinar, es otro de los consejos de Laura González, así como consumir pescado desde el criterio de la variedad, un planteamiento que sirve para la dieta en general: variedades de pescados blancos y azules, ampliando la ingesta de las especies y pone algunos ejemplos como caballa, jurel, boquerones o sardinas, ricos en omega 3.