Comer camarones sin sentirse culpables

Lunes, 23 Abril, 2007

A medida que crece la demanda mundial de marisco y cada vez un mayor porcentaje procede de la cría en cautividad (un 45 por ciento de todo el pescado que se consume hoy procede de la piscicultura), los minoristas y los consumidores dedican mucha más atención a la procedencia de su fritura de pescado y a su inocuidad.

Una solución a esta preocupación, según los expertos, es la certificación. En esencia, la certificación de un marisco indica que fue producido de forma sostenible, sana, socialmente responsable y con respeto al medio ambiente.

Esta práctica se viene usando cada vez con mayor frecuencia tanto en la pesca de captura como en la acuicultura. Los minoristas y los consumidores apoyan la certificación, pero la cuestión no está todavía exenta de controversias.

?Establecer planes de certificación transparentes, equitativos y fiables no es tan sencillo?, explica Lahsen Ababouch, del Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO. ?¿Quién establece las normas? ¿Pueden estar seguros los productores de que tienen base científica? ¿Están las normas al alcance de los acuicultores pobres en los países en desarrollo? ¿Son una estratagema para camuflar los esfuerzos de proteger la industria local?

La FAO comenzó recientemente a colaborar con la organización sin ánimo de lucro Red de centros de Acuicultura en Asia-Pacífico (NACA, por sus siglas en inglés), para mantener consultas con un amplio grupo de organismos de certificación, de productores, el sector de procesado y organizaciones de consumidores para trazar unas directrices a nivel mundial sobre cómo se deben establecer y aplicar las normas de certificación en la acuicultura.

?La idea es poner juntos a un grupo amplio de gente implicada en la industria, mirar lo que se ha conseguido en términos de certificación y crear un marco que pueda ayudar a armonizar este campo, dijo Rohana Subasinghe, que trabaja también en el Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO.

Las directrices no serán normas de certificación en sí mismas, si no más bien un plan conjunto que ayudará a garantizar que aquellos que certifiquen el marisco de acuicultura ?ya sea el Gobierno, una ONG o una sociedad privada- lo hagan de una forma común, señaló.