Su nombre, dependiendo de la zona, es dorado, palometa, vidriola o toremo. Y a nivel internacional lo llaman yellowtail kingfish, un pez que se reproduce en aguas con una temperatura superior a los 20 grados Celsius. No pocos lo conocen como el salmón del norte, un nuevo cultivo acuícola que la autoridad quiere impulsar con fuerza a través de un marco regulatorio y que ya está captando las miradas de algunas salmonicultoras.
Compañías como Mainstream, Salmones Friosur -de la familia Del Río-, Pesquera San José (hoy Orizon), Sociedad Inversiones Acuícola y Acuícola del Norte (Acuinor), además de la Universidad de Antofagasta, han solicitado concesiones para su desarrollo, según datos oficiales. En total, 51 concesiones en las regiones de Tarapacá, Antofagasta, de Atacama y de Arica y Parinacota, según lo publicado en La Tercera.
"Sobre la especie hay muchos interesados", aseguró el subsecretario de Pesca, Pablo Galilea. Y lo están, entre otras razones, por la alta demanda proveniente de Asia. "Cualquier cosa que vaya a ese mercado tiene un potencial enorme", graficó Francisco Miranda, gerente general de la salmonera Mainstream Chile, filial del holding noruego Cermaq.
En Chile existen cerca de seis años de desarrollo de tecnología para reproducir la especie en cautiverio y ya se han realizado experiencias en mar. Sólo falta que parta la actividad productiva, apuntó Galilea.
A la espera está, por ejemplo, Friosur. Su gerente general, Joachim Wessel, dijo que siempre están estudiando nuevas oportunidades, más aún considerando su experiencia en el cultivo de salmones. La empresa ha solicitado concesiones en Iquique, Huara y Mejillones.
Mainstream, por su parte, ve con interés la opción de diversificar sus cultivos. "Vemos el Dorado como algo interesante a largo plazo en el norte", afirmó Miranda. Arica, Iquique, Tocopilla y Taltal son las comunas que mira la compañía. "El fenómeno positivo que pasó con el salmón en el sur puede ser claramente replicable en el norte, con esta especie", dijo el ejecutivo.
No son los únicos. Invertec participa con Fundación Chile en un proyecto para desarrollar el cultivo en Tongoy. "La idea es desarrollar la tecnología propia para producir juveniles", sostuvo Antonio Vélez, director del programa de acuicultura de Fundación Chile.
La empresa que más ha avanzado es Acuinor, que produce y exporta alevines a Estados Unidos, Holanda, Alemania e Italia. Daniel Elton, su gerente general, apuesta a que el Dorado es la especie con más futuro en el norte. "Hay semillas, es nativa y tiene muy buen precio para hacer engorda", subrayó el ejecutivo.
La firma tiene una piscicultura en Caldera, donde puede producir 4 millones de juveniles al año. En 2011 llegó a cerca de 200 mil. El proceso de engorda lo hace en tierra, en estanques con recirculación, para sacar 350 toneladas. También está poniendo balsas jaulas para hacer estudios de engorda en el mar, detalló Elton.
¿El potencial del negocio? Sólo con los juveniles que produce Acuinor, si se engordan, se puede llegar a vender 10 mil toneladas al año o US$ 180 millones, sostuvo. Pero advirtió que el desarrollo será pausado. "En cinco años habrá un volumen importante", calcula. Ve un creciente interés en el Dorado, lo que se refleja en que ha estado recibiendo peticiones para exportar juveniles. Hay más demanda de Grecia y México", planteó Elton.
En los últimos dos años, la Subsecretaría de Pesca ha entregado autorizaciones para fines experimentales a centros de investigación, privados y universidades, "que han sido punta de lanza, como lo fue en su momento Fundación Chile con el tema del salmón", explicó Galilea.
Lo próximo será crear un marco regulatorio y las condiciones "para que los privados, a partir de la investigación que ya se ha ido desarrollando, puedan realizar el cultivo en tierra y mar", cuenta.
El objetivo "es generar una actividad económica nueva en el norte y desarrollar acuicultura para aprovechar ese potencial", añade. Para ello, se definirán las áreas susceptibles de ser concesionadas, particularmente en las regiones de Atacama, Antofagasta y Coquimbo, que son las que tienen potencial. Esto se daría en un plazo máximo de un año y ya se está trabajando con las regiones. Una vez determinadas las áreas, "tenemos que hacer los estudios técnicos para definir los puntos exactos donde licitar las concesiones", adelantó.
En la medida en que exista un mayor interés de los privados por desarrollar el negocio, "trataremos que el rayado de cancha se haga en el momento oportuno y no vayamos desfasados, como ocurrió con la industria del salmón", afirma la autoridad. Desde su perspectiva, existe un potencial de mercado importante, también hay interés de las empresas, pero resta ver cómo se desarrolla el cultivo desde el punto de vista técnico y de la rentabilidad que otorgue. Temas como la temperatura bajo 14 grados Celsius y el aporte del escaso oxígeno, son variables que hay que despejar. También el peso óptimo de cosecha. Una de las ventajas es que con este cultivo se pueden lograr pesos de cosecha prácticamente en la mitad del tiempo que con los salmones, por ejemplo.
Con todo, que se convierta en una actividad comercial, añade, depende de la inversión de los privados. "Podría suceder en unos dos años más, una vez que mediante acuicultura experimental se levante mayor información técnica respecto de la fase de engorda en mar, que dé mayor seguridad sobre las técnicas de cultivo a los futuros productores", señaló Galilea.
"Si logramos de acá a fin de año determinar las áreas susceptibles de ser concesionadas, preparar el sistema de asignación de concesiones y sacamos los lomos de toro que pueda haber en la legislación, entre otros, antes del término del gobierno tendremos empresas desarrollando el cultivo", afirmó.