ACUICULTURA - MEXICO: Acuicultura, y desarrollo pesquero

Martes, 7 Julio, 2009
América Latina y el Caribe es la región del mundo con la mayor tasa de crecimiento en su producción acuícola, pues alcanzó 22% en el periodo 1970-2006, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). En contraste con 8.8%, del promedio mundial en el mismo periodo.

La importancia de esta información radica en la consideración hecha por la FAO de que probablemente se ha alcanzado el máximo potencial de los océanos mundiales en cuanto a producción procedente de los recursos marinos naturales, según establece el documento El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2008 (SOFIA).

En México, la SAGARPA ha establecido que la acuicultura, además de contribuir estratégicamente a mejorar la alimentación, se ha convertido en el motor de desarrollo de diversas zonas rurales de alta marginación, sin competir con la agricultura y la ganadería, ya que en algunos casos, incluso, es una alternativa.

La acuicultura nacional registra tasas de crecimiento promedio anual de 4.13% en los últimos siete años, y según el Anuario Estadístico de Acuacultura y Pesca de 2005, su participación en la producción pesquera nacional alcanzó 16%: esto es, 235 mil 845 toneladas producidas de diversas especies a través de sistemas controlados y pesquerías acuaculturales, de una producción pesquera nacional que alcanzó ese año un millón 458 mil 197 toneladas en total.

Si bien en volumen este 16% podría significar una participación de la acuicultura relativamente baja en la producción nacional, en términos de valor de mercado este porcentaje es más significativo, ya que representa casi 40 por ciento del valor total de la producción pesquera nacional.

El papel de la investigación

Este avance no podría entenderse sin considerar la incorporación de las nuevas tecnologías que en las últimas décadas se han desarrollado en universidades y centros de investigación, enfocadas principalmente al uso más racional del agua y la mejora de dietas.

Este proceso, a su vez, tiene como sustento el conocimiento biológico y ecofisiológico que generan los investigadores sobre las especies susceptibles de ser cultivadas, debido a que el desarrollo de la actividad acuícola no es lineal ni sigue el esquema de colocar primero un bloque de ciencia básica, luego otro de ciencia aplicada y luego un tercero de desarrollo tecnológico. Se trata más bien de un desarrollo piramidal que requiere una sólida base de conocimiento básico, que sustente al conocimiento aplicado y en la cima un desarrollo tecnológico.

Así lo señaló el Dr. Miguel Ángel del Río Portilla, jefe del Departamento de Acuicultura del CICESE quien explicó que en los años 70, 80 y todavía los 90, la tecnología que se utilizaba para el cultivo de peces y otros organismos acuáticos databa de los 50 y 60, la cual utilizaba mucho agua: de dos a ocho veces el volumen del estanque y generaba efluentes con grandes cantidades de materia orgánica y nutrientes. Los niveles que alcanzaban estos componentes podían contaminar ríos y lagos, por lo que incluso llegaron a publicarse algunos artículos que criticaban a la acuicultura como actividad contaminante.

“Lo que pasa es que no se tenía desarrollada la tecnología que pudiera evitar esta contaminación. Los sistemas de cultivo tradicional eran de un solo paso, es decir, bombeo el agua de una fuente, lo paso por mi sistema de cultivo y lo regreso a otra fuente”, generando así contaminación en los cuerpos de agua receptores. Posteriormente, “las leyes empezaron a cambiar, de tal manera que las empresas de acuicultura evolucionaron hasta el nacimiento a nivel industrial de los sistemas de recirculación”.

La importancia de usar mejor el agua

Los nuevos sistemas utilizan una serie de filtros y tratamiento para reutilizar el agua una y otra vez. En el Departamento de Acuicultura del CICESE, agregó Miguel Ángel del Río, tenemos como política interna el utilizar sistemas de recirculación a todos los niveles de experimentación; por la posición que tenemos en el ámbito científico y porque somos conscientes de que necesitamos abatir costos de operación y de uso de agua, impulsamos la acuicultura responsable.

El hecho de que tengamos un sistema de recirculación general para todo el departamento y sistemas de recirculación para cada uno de los sistemas pequeños, nos ha permitido crecer alrededor de 800 por ciento en infraestructura y capacidad.

En el caso de algunas especies el uso más eficiente del agua resulta crucial para su cultivo, por ejemplo el abulón, que es muy delicado. Estos sistemas permiten recircular entre 10 y 12 veces al día el volumen de agua, pero aún así su cultivo requiere un recambio de agua diario.

El caso del camarón no sólo involucra el mejor uso del agua, sino también de la superficie de los sistemas. Aquí en el CICESE, el Dr. Fernando Bückle está realizando un cultivo tridimensional con un sistema de recirculación que lo podemos considerar prácticamente como un sistema cerrado, porque el recambio de agua es mínimo. Con él se estima una producción entre 8 y 10 kilogramos por metro cuadrado, mientras que los sistemas intensivos en otros lugares están llegando a 2 y 4 kilos por metro cuadrado. La diferencia es del doble, y la tecnología está a punto de poder ser transferida.

Remoción eficiente de desechos

La clave del éxito en estos sistemas es la eficiente remoción de los desechos. “Básicamente hay tres maneras de deshacerse de ellos: echando agua para diluirlos, que es lo que no queremos; utilizando sistemas de desnitrificación que eliminan los nitratos, y la tercera opción es un cultivo verde, que involucra el crecimiento de algas. Estas algas crecen en los estanques y, en el caso de los camarones, les sirven de alimento” señaló el investigador.

Por su capacidad para asimilar y transformar estos nutrientes, las microalgas ofrecen una alternativa a métodos convencionales de remoción. En este departamento académico se han desarrollado sistemas de tratamiento con microalgas inmovilizadas en medios de soporte, a través de estudios encabezados por la Dra. Pilar Sánchez Saavedra.

Puntos dos: El alimento

Otro aspecto importante que ha mejorado con los años es el alimento que se emplea en los cultivos. De años 70 a 90, comenta el Dr. Miguel Ángel del Río, se usaban alimentos “frescos” o tradicionales, por llamarlos de alguna manera. Ahora la tendencia son alimentos balanceados, que se preparan utilizando diferentes fuentes, no solamente pescado. Esa era otra de las críticas a la acuicultura: “¿por qué pescar sardina para alimentar a otro pez que terminaré comiéndome?” Por eso, las empresas atuneras están buscando alternativas para cambiar esas sardinas por alimentos balanceados.

Y lo mismo ocurre con el lenguado, en cuyo crecimiento larval se requiere de rotíferos, luego Artemia y terminada la metamorfosis de estos peces alimento balanceado. La idea del proyecto que encabezan los doctores Benjamín Barón y Juan Pablo Lazo, es sustituir el alimento vivo -rotíferos y Artemia- de las primeras etapas de desarrollo larval del lenguado por alimento balanceado. “Para eso se estudia el desarrollo del sistema digestivo (número de enzimas y cómo se expresan) para lograr un desarrollo tecnológico en el cultivo”, indicó.


Miguel Ángel del Río enfatizó que “México no va a poder despegar en cuanto a desarrollo tecnológico si no tiene una base científica muy fuerte, y esto deberían saberlo los encargados de asignar el presupuesto de las instituciones de educación superior y de investigación”. Mientras tanto, el Departamento de Acuicultura del CICESE generar mucha información para propiciar que ese desarrollo tecnológico sea eficiente.