Pero el avance de la acuicultura, frente a los problemas de restricciones y conservación medioambiental a los que se enfrenta la pesca extractiva, hacen que las grandes organizaciones mundiales estén ya recomendando a las conserveras dirigir su I+D y la estrategia de negocio hacia este campo. Así lo admitió en la Conferencia Mundial de la Conserva, organizada por Anfaco-Cecopesca en Vigo, la portavoz de la FAO Helga Josupeit, quien vaticinó que en el 2020 se consumirá más pescado de piscifactoría que extraído del mar. Los conserveros gallegos debatieron sobre la necesidad de redimensionar el sector y luchar contra la atomización.
Esta reordenación del sector fue incluida en el reciente plan estratégico que elaboró la Xunta de Galicia y que los empresarios perfilaron para su desarrollo durante la próxima década. El sector llegó a cifrar el coste de todas las acciones por encima de los 309 millones de euros.
El aumento de la dimensión empresarial es una de las bazas a jugar en España, si bien los primeros esfuerzos e inversiones se están centrando en el desarrollo de nuevos productos y las estrategias de comercialización, adaptadas a la nueva realidad del mercado de consumo.