Yarish, Charles

Martes, 26 Julio, 2011

Usted ha participado en proyectos de investigación por todo el mundo vinculados al cultivo de algas. ¿Cómo valora la experiencia?

Quería ampliar mi conocimiento sobre las algas marinas y empecé a trabajar en la biogeografía de las algas. Este paso fue decisivo porque me ayudó a comprender las algas de todo el mundo, desde el Atlántico oriental hasta Sudamérica y el Pacífico. Ya en 1983 trabajé en Holanda en numerosos artículos sobre ecofisiología y biogeografía de las algas. Fue entonces cuando conocí a un compañero en Alemania, leí su libro en alemán sobre biogeografía y ecofisiología y le dije que debía traducirlo al inglés. Pasé cinco años trabajando en ese libro y fue una experiencia importante porque en esa época pasé de ser ayudante de cátedra en la universidad a profesor adjunto. No fue hasta 1987 que me convertí en catedrático, el máximo nivel en la universidad por haber publicado numerosos artículos. Durante todo ese tiempo tenía claro que mi objetivo a largo plazo era trabajar en acuicultura. Pero antes tenía que asegurarme de conseguir una muy buena reputación en la Universidad. Finalmente, logré la obtención de numerosas subvenciones que me ayudaron a construir uno de los mejores laboratorios del mundo en el cultivo de algas marinas.

¿Hacia dónde se dirigen las investigaciones sobre el cultivo de algas?

Todos los que trabajamos en este sector estamos interesados en temas comunes, como el cambio climático global. Nos preguntamos qué ocurre con el aumento del dióxido de carbono en el océano y cómo podemos emplear las algas para reducir la carga de CO2. También estoy trabajando para intentar entender los impactos de la acidificación de los océanos y nuevas formas, por ejemplo, de almacenar CO2. En este sentido, la acidificación de los océanos afecta de manera muy distinta a muchos organismos y a las algas les da la oportunidad de crecer con mayor rapidez utilizando más dióxido de carbono. También me interesan las algas invasivas porque he trabajado en biogeografía. Por ejemplo, estudiamos los factores que provocan que algas de Asia hayan terminado en las aguas costeras de Europa o Estados Unidos.

En referencia al cambio climático, algunas investigaciones apuntan a que las microalgas son las mayores captadoras de CO2 del planeta, pero ¿no es utópico pensar que podría contrarrestar la contaminación industrial y combatir el calentamiento global?

Las algas pueden ser parte de la solución. Si las cultivamos es posible tomar su biomasa y convertirla en biogas, bioetanol o biodiesel. Así pues, utilizando organismos que usan la luz natural, que es gratuita, usamos energía solar. De esta forma las estamos convirtiendo en biomasa y ésta al mismo tiempo se transforma en biocombustibles, que pueden aliviar la presión que se ejerce sobre los combustibles fósiles.
Si se puede producir biomasa en grandes cantidades se podría emplear potencialmente para otros usos. Por ejemplo, los coreanos están diseñando granjas de algas que se moverán alrededor de la costa sur de Corea para capturar CO2 y con esa biomasa se producirán biocombustibles. Se trata del mayor proyecto en el mundo en este ámbito en la actualidad.

¿Qué otros campos pueden beneficiarse del cultivo de macroalgas?

La biomasa de algas también se puede utilizar para el sector alimentario, farmacéutico, cosmética, horticultura e innumerables usos más. En acuicultura todos estas aplicaciones se traducen en valores que van de los 7.000 a los 8.000 millones de dólares en el cultivo de algas. Pero en la actualidad es necesario perfeccionar la experiencia y las interrelaciones entre los distintos ámbitos de aplicación y desarrollo.

Usted ha conocido diferentes sistemas de producción acuícola de un gran número de países. ¿Cuáles son las principales diferencias?

Si vemos el caso de China hace 20 años simplemente cultivaban un producto, pero no se preocupaban de la zona litoral. Ahora China tiene una creciente clase media en las ciudades de la costa y quieren invertir sus ingresos para asegurar un futuro mejor para sus hijos y disfrutar de un entorno mejor. Como vemos, en China tienen los mismos intereses que nosotros. Pero para llegar a donde están ahora, su gestión ha sido muy pobre durante varias décadas. En la actualidad están empezando a ver que es necesario practicar una acuicultura respetuosa con el medioambiente y la están practicando a un nivel que ellos llaman experimental. En Asia y Corea, están empezando a hacer lo mismo, al igual que Japón. Y debo decir que en los años noventa en estos tres países, los científicos de Estados Unidos les animaban a cuidar su zona litoral y a practicar una acuicultura respetuosa. Ustedes en Europa tienen científicos e ingenieros, sobre todo en España, que saben hacerlo bien pero hay que darlos a conocer a las empresas, que son las que tendrán que comprender que les será ventajoso. La idea es trabajar con ellos de manera continua y luego reinvertir en la ciencia y la ingeniería para conseguir lo que queremos, es decir, una industria mejor.

Pero, como usted indica, en Europa y España ya se trabaja hacia un desarrollo sostenible de la acuicultura.

Está claro que no se puede practicar la acuicultura sin entender las implicaciones medioambientales. Una buena gestión litoral consiste en asegurarse de que la planificación incluya todos los organismos que funcionan conjuntamente. Así, a lo largo de mi experiencia, he intentado comprender mejor el concepto de acuicultura multitrófica, en el que se adopta un planteamiento ecosistémico equilibrado para el cultivo de organismos junto con la acuicultura extractiva y la acuicultura que emplea piensos. Cuando analizamos todas las directivas, vemos que hay que gestionar los nutrientes, y eso lo entiende todo el mundo, al menos en Europa. En mi país la mayoría de las personas creen que hay que gestionarlo, con la excepción de algunos políticos, pero nosotros entendemos que el cambio climático global tiene que ver con la gestión del dióxido de carbono. Para que la acuicultura tenga éxito hay que gestionar los nutrientes y el impacto sobre la zona litoral.

¿Cómo valora los proyectos que se están desarrollando en la mejora de la alimentación de los peces en acuicultura?

La eficacia nutritiva se ha mejorado enormemente. Si consideramos el coeficiente de transformación de los alimentos, se necesitan 8 kg de alimento, de pasto, para producir un kg de carne de vaca; se necesitan 3,3 kg. de alimento para producir 1 kg de cerdo. Sin embargo, hoy en día en acuicultura se necesitan 1,1 kg de pienso para producir 1 kg de pescado en algunas especies. Ésta es una acuicultura responsable. Ahora bien, las mejoras en los piensos para peces se asocian a los residuos de la acuicultura, el nitrógeno y la gestión de nutrientes. En este ámbito es donde debe haber trabajo interdisciplinar que reúna a científicos de distinto grupos en un entorno común.

¿Cuáles son las perspectivas futuras de la acuicultura?

Tengo que ser honesto. Cuando analizo la acuicultura hoy en día y observamos las estadísticas de la FAO de la última década, la curva de las pesquerías naturales es plana. Ya no podemos pescar más en el océano. Ya no quedan peces.
También hay que tener en cuenta el aumento de la población y la tendencia demográfica. Conforme va aumentando la clase media, hay más consumidores que quieren incluir pescado en su dieta. Una mayor cantidad de pescado en la dieta supone una mayor presión sobre las pesquerías naturales que prácticamente se han agotado.
La única manera de acortar la distancia entre oferta y demanda es a través de la acuicultura. Por lo tanto el futuro de la acuicultura es prometedor pero sólo si se entiende como una actividad productiva responsable con el medioambiente. En este sentido los gobiernos deberían darse cuenta y orientar la industria para que la protección del entorno común sea beneficiosa. Hay que tener en cuenta que estas áreas comunes incluyen playas y zonas de ocio donde las personas quieren disfrutar del entorno y por eso tenemos que ser responsables. El futuro de la acuicultura es esperanzador gracias a la demanda, pero hay que actuar siempre de una manera responsable con el medioambiente.

¿Cómo valora el sistema científico español?

La ciencia española es muy parecida a la de Estados Unidos en relación a la alta tecnología.
Bajo mi punto de vista, la ciencia que se hace en España es fantástica pero quizás no os deis cuenta del potencial de vuestra infraestructura científica. Sois muy afortunados, pero la ciencia necesita recibir apoyo. Si observamos el número de científicos e ingenieros en China, resulta increíble las nuevas patentes que produce en comparación con países occidentales como EEUU.
Tenemos que comprender que el futuro está en la ciencia y en la ingeniería porque es dónde se encuentra el capital intelectual.
Estoy convencido de que España cuenta con excelentes científicos y básicamente hay que asegurarse de que parte del PNB apoye la I+D+i a toda costa, a pesar de que haya una tasa elevada de desempleo y un gran déficit, que son los mismos problemas que tenemos en Norteamérica. Para salir de una difícil situación económica hay que comprender que la ciencia y la ingeniería aportan valor añadido a la sociedad.

Charles
Yarish
Titulacion: 
Doctorado en la Universidad de Rutgers
Profesión: 
Profesor en el Departamento de Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de Connecticut (EEUU)
Miscelánea: 

Charles Yarish es profesor en la Universidad de Connecticut (EEUU) en el Departamento de Ecología y Biología Evolutiva y el Departamento de Ciencias Marinas. En esta universidad norteamericana puso en marcha un laboratorio de renombre internacional para la investigación de algas, líder en la acuicultura de algas. Su ámbito de estudio se centra en el desarrollo de la integración multi-tróficos de la acuicultura (IMTA), donde las algas son un componente clave de extracción. Ha publicado numerosos artículos y publicaciones, entre los que se encuentran los libros titulados "Plantas marinas de importancia económica en el Atlántico: su biología y cultivo" y "Las algas marinas, su entorno, Biogeografía y Ecofisiología". Asimismo ha sido profesor adjunto de Ciencias Marinas de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook y científico en la isla de Helgoland Biologische Anstalt (Alemania) así como profesor invitado de Biología Marina de la Universidad de Groningen, Países Bajos y, en la Universidad de Pesquerías de Shangai, China.

Ha participado en un gran número de organizaciones e iniciativas internacionales, entre las cuales el International Executive Service Corps' Aquacultural Project (Kenya) y ha sido miembro del Comité Organizador y la Secretaría Ejecutiva para el V Congreso Internacional de Ficología en Qingdao (China) y miembro consultivo del Instituto de Biociencias (Halifax) del Consejo Nacional de Investigación de Canadá.

Recibió en 1992 el primer Premio de Marinalg International Adwards en el XIV Simposio Internacional de Algas Marinas celebrado en Francia. También ha sido presidente del Comité Ejecutivo de Ficología de América (2001). Yarish ha asistido a la Oficina de Investigación Oceánica y Atmosférica, NOAA, EE.UU. y al Departamento de Comercio en asuntos relacionados con la acuicultura en la República Popular de China, Corea del Sur y Japón.

En agosto de 2007 fue galardonado con el Premio Faculty Recognition Adward, que reconoce logros sobresalientes sostenido en la enseñanza, investigación y servicios que benefician a la Universidad de Connecticut. En 2008, el fue elegido miembro de la Academia de Connecticut de Ciencias e Ingeniería.