Mulet, José Miguel

Jueves, 6 Junio, 2013

Es uno de los científicos más mediáticos del país en el ámbito de la Biotecnología. José Miguel Mulet ha ocupado páginas en los principales diarios españoles, ha participado en programas de televisión que baten récord de audiencias y su blog ha superado el millón de visitas. No deja indiferente a nadie su libro Productos naturales, ¡vaya timo!, que cuestiona el culto a la agricultura ecológica y lo que supuestamente se vende como natural. En relación a la acuicultura, considera que es "positiva" si permite aliviar la presión de espacios y recursos naturales y destaca algunas ventajas como la trazabilidad. Para mejorar la imagen del sector, aconseja a los científicos "salir del armario" para adentrarse en la divulgación. Mulet ha participado en el taller Divulgar ciencia en el siglo XXI.


En "Productos naturales, ¡vaya timo!" asegura que la alimentación ecológica no es más sana, ni es mejor para el medio ambiente, ni está más buena.

Así lo avalan los estudios. Al comparar la calidad nutricional de los productos ecológicos con los convencionales, los resultados son similares. Este tipo de cultivo tampoco tiene una incidencia tan determinante en el sabor. En estudios con catadores, se ha visto que determinados tipos de productos ecológicos son mejores, pero otros son peores. Además, la mayoría de crisis y problemas relacionados con la seguridad alimentaria han sido causados por productos ecológicos. Simplemente, es un tipo de alimentación que demanda un sector muy determinado de la sociedad con un nivel de ingresos bastante alto, pero no necesariamente implica una mejora de la calidad del producto.

¿Están los consumidores desinformados?

Todo lo que esté relacionado con legislación alimentaria es un campo muy laberíntico. En el caso de la alimentación ecológica, se está abusando mucho de la publicidad engañosa. Se dice que es mejor y más respetuosa con el medio ambiente, pero realmente es ecológica porque se ajusta a un reglamento europeo de producción de este tipo de alimentos. Cuando observas lo que permite el reglamento, no se extrae que vaya a ser más respetuosa con el medio ambiente o que sea más buena. Se puede reducir al absurdo. Si sembramos mediante producción ecológica cicuta, una planta muy tóxica que causó la muerte a Sócrates, ¿va a ser más sana? Será venenosa igual.

Aunque sea natural

La mayoría de venenos peligrosos son naturales.

¿Algún alimento de los que consumimos es completamente natural?

En alimentación, prácticamente no. Piensa que todas las especies que nos dan de comer son domésticas. Las extrajimos de la naturaleza hace miles de años y poco a poco las hemos ido seleccionando hasta que ya no se parecen prácticamente en nada a sus variedades naturales. En un espacio virgen como una selva o sabana, no hay maíz ni trigo. La mayoría de plantas silvestres no son comestibles porque son tóxicas. Las hemos ido adecuando y si desapareciera la especie humana, con ella desaparecerían todos los animales domésticos y las plantas cultivadas.

En su publicación también menciona la ganadería, pero no aparece la acuicultura. ¿Cómo valora el cultivo de peces, moluscos, crustáceos y algas?

La acuicultura es positiva si permite aliviar la presión de espacios naturales. Otra ventaja es la trazabilidad. Un pez salvaje no sabemos a qué ha estado expuesto, pero si se ha cultivado lo sabemos exactamente. La acuicultura es similar a lo que hemos venido haciendo en la ganadería desde hace milenios y ahora la tecnología nos permite cultivar peces. No significa que la acuicultura esté exenta de problemas, la ganadería también los tiene, pero la tecnología nos permite minimizarlos.

Estudios a partir de catas a ciegas muestran que los consumidores prefieren el pescado de acuicultura, pero optan por el salvaje cuando se les informa de que ha sido cultivado. En su publicación, menciona estudios en los que el catador es incapaz de distinguir entre un pollo de producción ecológica y convencional. ¿Tanto influye la imagen?

Según el Doctor House,"la especie humana está sobrevalorada". Ahora se podría decir que la naturaleza está sobrevalorada. Vivimos muy bien en un entorno urbano y rural, que también es humano y artificial. Pero, en cambio, parece que añoremos cuando todo era natural y, si lográbamos llegar a los 20 años de edad, nos comía un león. En alimentación parece que cuanto más natural sea un producto, es mejor y no necesariamente es así. Según algunos datos objetivos, puede suceder que no se note la diferencia de sabor entre un pollo criado en cautividad o suelto. Con la acuicultura es fácil imaginar que suceda lo mismo. El método de cultivo no tiene por qué incidir en el producto final. Va a ser más relevante la forma de cocinar ese pescado, su frescura y otros factores, más que su origen o procedencia.

¿Qué puede hacer el sector acuícola para mejorar su imagen?

Comunicar, comunicar y comunicar. Ante una información falsa, no hay que callarse. Si eres capaz de documentarlo con estudios que lo avalen, hay que hacerlo porque, si no, va a dar la impresión de que quien da este tipo de informaciones tiene razón cuando no la tiene. Yo es lo que hago desde el blog en los temas en los que trabajo.

¿Hay que explotar más la comunicación web 2.0?

Sí, es la vía más inmediata. Cada vez se ve menos la televisión y se leen menos diarios porque estamos todo el día metidos en Internet. Cuando la gente busca información introduce la palabra clave en Google y hay que estar bien posicionado cuando llegue ese momento.

¿Qué le ha aportado la divulgación de su trabajo a través de su libro, blog, redes sociales y las entrevistas que has concedido?

He conocido gente interesante y he podido hablar de estos temas. De cara a mi trabajo como investigador, me ha permitido nuevas relaciones laborales, algunas muy productivas e interesantes. Pero sobre todo, me lo paso muy bien.

En programas de salud, alimentación y bienestar siguen apareciendo fuentes pocos rigurosas. ¿El científico debería ser más proactivo con los medios para evitar que la información poco contrastada ocupe este espacio?

Es casi una obligación. Si te llaman a un debate, debes ir, aunque sean tres contra ti. En mi blog he escrito sobre temas que no son mi especialidad pero he pensado que podrían ser útiles, como, por ejemplo, el movimiento que hay ahora contra la vacunación. Es una absoluta aberración. Curiosamente, escribí un post en mi blog y ha sido uno de los más leídos y de mayor interés. Por lo tanto, sirve para algo. También he escrito una reseña de un libro de moda que se titula La enzima prodigiosa. Se supone que es una dieta milagrosa relacionada con las enzimas, pero es la mayor aberración científica que he visto en muchos años. Le pega patadas a todos los conceptos establecidos en Bioquímica sin aportar ningún argumento, simplemente porque el autor se lo cree.

¿Qué aconsejaría a los científicos que todavía no se animan a divulgar sus resultados de investigación a un público más amplio?

Les recomiendo que salgan del armario, abran un blog, concedan entrevistas a los periodistas y cuando tengan algún descubrimiento que hayan publicado en una revista interesante, pasen la nota de prensa a su universidad o centro de investigación. Muchos no lo hacen por comodidad, miedo y principalmente por tiempo. El científico tiene que pasar muchas horas en el laboratorio, rellenar informes inútiles y, los que somos profesores, también damos clase. Cuesta dedicar tiempo a la divulgación, pero hay que hacerlo. A pesar de esta situación económica catastrófica, hacemos lo que podemos y es necesario que la sociedad empiece a sentir los descubrimientos y avances científicos como suyos.

José Miguel
Mulet
Titulacion: 
Licenciado en Química. Doctor en Bioquímica y Biología Molecular
Profesión: 
Investigador del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (CSIC-UPV) y profesor de Biotecnología de la Universitat Politecnica de Valencia
Miscelánea: 

Nacido en Denia en 1973. Realizó su tesis doctoral estudiando el transporte de iones en levadura como sistema modelo para desarrollar plantas tolerantes a la salinidad. De 2003 a 2006 trabajó en el Biozentrum de la Universidad de Basilea (Suiza). Desde 2008 es profesor de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y dirige el laboratorio de crecimiento celular y estrés abiótico del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la UPV, donde trata de desarrollar plantas tolerantes a estrés por frío o sequía. Ha publicado diversos artículos tanto de investigación en revistas científicas como de divulgación.